Empresas y finanzas

Facebook, ¿el espejismo de Wall Street?

Ya es oficial: la red social que preside y posee Marck Zukerberg ha presentado la documentación al regulador del mercado estadounidense para preparar su debut en bolsa. Frente al entusiasmo que está generando esta oferta pública de venta, la compañía presenta una serie de peligros que el inversor no debe ignorar.

Con tan sólo ocho años de vida, Facebook promete desafiar los principios apuntalados por la burbuja de las puntocom y recaudar 5.000 millones de dólares de manos de inversores de a pie. Aunque todavía tendremos que esperar unos meses hasta que el ticker FB inunde las pantallas de los broker de bolsa, los cálculos preliminares sitúan el precio de mercado del Caralibro entre 75.000 y 100.000 millones de dólares. Mientras, sus acciones se han cambiado a precios astronómicos de hasta 35 dólares por acción en plataformas del mercado secundario como SecondMarket o SharesPost durante 2011, la expectación del pueblo llano ha crecido hasta conseguir que la operación pública de venta (OPV) de Facebook sea tres veces más cara que la de Google en el Nasdaq allá por 2004. De hecho, la salida a bolsa de la red social valdrá 40 veces más que la media de las grandes compañías que han comenzado a cotizar en el mercado durante las últimas cuatro décadas.

De confirmarse su valor bursátil, Facebook se situaría entre compañías como Bank of America y Qualcomm, que ahora ocupan los puestoS 34 y 27 por capitalización en el S&P 500. Pero las dudas comienzan a minar la lógica que impera entre muchas mesas de inversión, especialmente entre el medio centenar de mutuas y fondos de pensiones que ya cuentan con acciones suyas, como T. Rowe Price Associates y Fidelity.

Con un precio de mercado de 100.000 millones de dólares y unos ingresos de 3.800 millones de dólares en 2011, su multiplicador de ventas estaría situado en torno a un 26, "una cifra que rompe completamente con los niveles impuestos por otras compañías de Silicon Valley igual de jóvenes que Facebook", explica Jay Ritter, profesor de finanzas de la Universidad de Florida y uno de los académicos más importantes en lo que a OPVs se refiere. "Facebook está vendiendo un porcentaje muy pequeño de la compañía al igual que hizo Google en su día, pero dicho porcentaje está excesivamente valorado", añade Ritter.

Para ser conscientes de este veredicto sólo hay que echar mano de la Historia. Cuando Google salió a bolsa en 2004, el multiplicador de sus ventas se situaba en 8,7 veces. De las 76 compañías que desde 1975 salieron a cotizar en EEUU con unas ventas en torno a 3.000 millones de dólares, sólo la teleco AT&T destacó por su ratio de 8,9 cuando presentó su OPV a comienzos de siglo.

Los defensores de Facebook, que el año pasado registró un beneficio neto de 1.000 millones de dólares, prefieren centrarse en otras variables para justificar el valor de mercado de la red social, cuyo precio de salida podrían fijarse en los 29 dólares. En este sentido, el asombroso crecimiento experimentado por sus ingresos entre 2010 y 2011, cuando sus ventas crecieron un 88 por ciento, ayudarían a justificar que su multiplicador sobre su cifra de negocio se sitúe en 75. Es cierto que titanes de Silicon Valley como Apple no logran alcanzar este elevado ritmo de crecimiento. En el mismo periodo, las ventas de la de Cupertino crecieron un 66 por ciento; sin embargo, su caja de 97.600 millones de dólares es un colchón lo suficientemente cómodo como para enfrentar cualquier devenir en el medio y el largo plazo.

Es cierto que la red social de Zuckerberg tiene un gran recorrido por delante, pero para mantener los niveles que se le estiman sus logros deberán ser asombrosos. En la lista de riesgos que presentó ante la Comisión de Mercados y Valores de EEUU incluye no sólo la feroz competencia que representan Google, Microsoft e incluso Twitter, también que la red social no despliega anuncios en dispositivos móviles como los smartphones, algo preocupante si se considera el cambio de tendencias entre los usuarios de ordenadores personales. Como estima Ritter, "la mayor parte de las empresas alcanzan sus proyecciones de beneficio durante el primer o segundo trimestre tras su salida a bolsa". "Pero después, si su modelo de negocio no funciona, es cuando el mal desempeño empieza a pasar factura", puntualiza.

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