Salió de España por la puerta de atrás rumbo a Brasil, a un país que ni conocía ni le conocía (todavía) para dar salida a su mente de empresario.
Tras la estrepitosa caída hace cuatro años de Astroc, la inmobiliaria que presidía y que marcó un hito en la historia del boom del ladrillo, Enrique Bañuelos necesitaba mover ficha y seguir representando ese rol de ejecutivo creado a sí mismo, agresivo, emprendedor, lleno de retos... Un encantador de serpientes que, al igual que en el cuento indio, cuando deja de tocar, desaparece.
Por eso toca, ya sea preparando una paella para 25.000 personas en la neoyorquina plaza de Times Square o acompañando al Príncipe de Asturias en la recepción al presidente George Bush o emigrando a Brasil con el objetivo de montar allí un nuevo imperio. Y lo hizo. Era 2008 y la prensa nacional del país que dejaba y la del país en el que aterrizaba se hacían eco de ello en sus titulares.
Objetivo cumplido salvo que, una vez más, sus negocios se desmoronan. Ni la inmobiliaria PDG Realty (primer grupo inmobiliario del país) ni la recién nacida Vanguarda Agro (fruto de la fusión hace dos meses entre Vanguarda y Brasil Ecodiesel) se han salvado de los números rojos, dado que sus incursiones bursátiles brasileñas están mermando su capitalización y marcando niveles de 2009.
Precisamente Vanguarda Agro ha sido protagonista en los últimos meses del año en el parqué paulista. Así, el pasado 7 de septiembre el empresario saguntino ponía en marcha la maquinaria de la primera firma agroindustrial de Brasil y la mayor del sector agrario de Latinoamérica. Los títulos, que cotizaban en el parqué paulista de ésta última, se transformaban en los actuales de Vanguarda Agro, de los que un 25% está en manos del propio Bañuelos.
Muchas pérdidas en bolsa
Pero el índice de referencia del parqué brasileño, el Ibovespa, no ha dado los resultados esperados. Las pérdidas para Bañuelos son todavía mayores si se toman los datos de cuando desembarcó en Brasil Ecodiesel, a finales de octubre de 2010, dado que la caída del valor ahora rebautizado en Vanguarda Agro es del 68%.
Estos resultados negativos, o que quizás su carrera de inversiones y fusiones ya no funciona, ha hecho que Bañuelos haya pedido la salida del consejo de Vanguarda Agro. Tanto el empresario como el resto de inversores han visto desplomarse el precio de las acciones casi un 70% mientras el índice bursátil local Bovespa ha registrado un comportamiento mucho mejor.
Sólo la inmobiliaria le da un pequeño respiro. La cifra de negocio creció un 27% hasta septiembre, hasta los 2.100 millones de euros. Pero no es suficiente, al menos para el Trump español, como le llaman en Brasil.
¿Una nueva pesadilla en Brasil?
