En tan sólo un par de días Jerôme Kerviel ha pasado de ser una persona anónima a que su nombre y su foto abran las portadas de los periódicos más importantes de todo el mundo. El operador cuyas apuestas produjeron una pérdida bursástil de 4.900 millones de euros en Societé Générale se ha convertido en una estrella mediática. Unos le aborrecen y otros le adoran, pero su nombre causa revuelo en todo el mundo. Prueba de ello es que la búsqueda de su nombre en la red da más de dos millones de páginas que hacen alguna referencia sobre este operador francés, pues sean para alabarle o para criticarle.
Dentro de este barullo mediático quizá lo más sorprendente sea que mucha gente considera a Kerviel como un cabeza de turco o como el propio financiero se definió, como "un chivo expiatorio de Societé Generale".
Según ha dado a conocer el instituto de encuestas parisino Opinionway, el 77% de sus compatriotas consideran que Kerviel es una víctima. "La opinión francesa lo ve como un hombre común, abrumado por el sistema”, ha explicado Bruno Jeanbart director de OpinionWay, que ha añadido que sus paisanos "no lo ven como el responsable, sino como una víctima del sistema financiero”.
Kerviel ha sido acusado de falsificación de documentos, violación de los sistemas informáticos del segundo banco más importante de Francia, tras amasar 50.000 millones de euros en apuestas sin garantías. Sin embargo, según una encuesta publicada por el diario Le Figaro, un 77% de los franceses considera que la responsabilidad era del banco y de las autoridades normativas del mercado.
Esta reacción pone de manifiesto la falta de confianza de los franceses en los mercados y un cierto grado de revancha contra los sectores que más beneficios obtienen y dando una imagen de Kerviel como de un Robin Hood del siglo XXI.
El héroe de la red
Pero Kerviel no sólo es inocente para los franceses. En Internet, los usuarios han subido vídeos de apoyo en Youtube, han creado clubs de fans en Facebook e incluso le reclaman para el premio Nobel de Economía. También se ha creado una web con el nombre del 'trader' donde, según dice la propia página, se venden artículos que el operador habría usado o le hubieran gustado.
"Soy la novia de Jerôme Kerviel" o "cuando sea mayor quiero ser como Jerôme Kerviel" son algunos de los lemas que se pueden encontrar en internet adornando camisetas o tazas. Tampoco faltan en la red los apelativos para el jóven trader al que definen como "el Che Guevara de las finanzas” o “el James Bond de la SocGen".
