Manesh Shrestha
Katmandú, 24 ene (EFECOM).- Los nepalíes se fían de la promesa de que el suministro eléctrico diario pasará próximamente de 6 a 12 horas, una auténtica ironía en un país que cuenta con un potencial hidroeléctrico de 83.000 megavatios, sólo detrás de Brasil.
Los cortes de electricidad no se limitan en Nepal a las viviendas particulares y las oficinas, sino también a la industria, con la consiguiente repercusión negativa en el crecimiento económico y la producción.
"La producción industrial ha bajado un 60 por ciento debido a los cortes eléctricos", declaró a Efe el director general de la Federación de Cámaras Nepalíes de Comercio e Industria, Meghnath Neupane.
Sin otros recursos naturales significativos, Nepal necesita desesperadamente potenciar sus potencial hidroeléctrico para mejorar la vida de sus ciudadanos, de los que un 40 por ciento sobrevive bajo la línea de pobreza.
Hasta ahora, el país apenas logra generar 560 megavatios de energía hidroeléctrica, aunque de forma realista podría aspirar a 45.000.
Y este año, Nepal sumará a su potencia actual apenas otros 70 megavatios procedentes de una planta todavía en construcción en el centro del país.
Las mayores plantas de generación de energía hidroeléctrica fueron construidas con ayuda de otros países, como Japón y Alemania, aunque al problema de obtener fondos -Nepal no dispone de suficiente capital para invertir- se unen la orografía y la climatología.
Aparte de construir plantas, hace falta un tendido suficiente de líneas de transmisión, lo cual no siempre es sencillo en un país tan montañoso como Nepal.
Y, como la energía hidroeléctrica depende del agua, durante la estación seca de los meses de abril y marzo la cantidad de electricidad generada es menor.
"Entonces se obtienen menos de 300 megavatios procedentes de la energía hidroeléctrica", dijo Sher Singh Bhat, director del centro de información de la Autoridad Eléctrica de Nepal (NEA), la compañía gubernamental responsable de la generación, transmisión y distribución de electricidad.
La cantidad de agua en los ríos no es siempre la misma, por lo que es necesario disponer de plantas con capacidad de generación eléctrica superiores a la demanda mínima, lo cual palía los déficit en la estación seca pero produce excedentes eléctricos durante el monzón.
"La única opción es exportar a la India la electricidad extra que generamos", dijo el portavoz del NEA, Danda Pani Basyal.
El Gobierno de Nepal ha invitado a varias compañías internacionales a que inviertan en el sector hidroeléctrico, y algunas empresas indias ya han mostrado interés en construir centrales para exportar energía al país vecino, también deficitario.
En Nepal, sin embargo, este asunto es sensible, porque la opinión pública nepalí considera que la India explota al país del Himalaya, aunque las compañías extranjeras que quieren un permiso deben comprometerse a pagar un "royalty" de suministro gratuito al país.
La compañía australiana Snowy Mountain firmó hace una década un acuerdo con el Gobierno para construir una planta de 1.200 millones de dólares y 750 megavatios en el oeste del país con el fin de exportar energía a la India, pero está negociando aún con las autoridades qué cantidad corresponderá a Nepal.
Además, Nepal y la India firmaron otro acuerdo en 1997 para construir una planta hidroeléctrica y usar de forma conjunta el río fronterizo de Mahakali, sin que haya aún un pacto con las condiciones definitivas.
"La India quiere centrarse en las irrigaciones, mientras que Nepal prefiere la generación de electricidad", aseguró una fuente gubernamental.
El NEA planea ahora construir plantas hidroeléctricas con sus propios recursos internos, y lanzar acciones para desarrollar en el este de Nepal la planta de Upper Tamkoshi, que costará 428 millones de dólares y generará 309 megavatios.
"Confiamos en que haya una gran demanda para esas acciones", dijo Basyal.
Todavía, sin embargo, pasarán muchos años antes de que las plantas planeadas comiencen a funcionar, y hasta entonces los nepalíes seguirán viviendo días oscuros. EFECOM
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