La agencia de calificación ha rebajado en un escalón el rating de Telefónica, desde 'A-' hasta 'BBB+', con perspectiva "estable", después de haber revisado a la baja sus previsiones de crecimiento. Los desafíos del mercado español y su política de retribución al accionista representan riesgos importantes.
Según explica en su informe, la compañía que preside César Alierta aplica una política de distribución de dividendos "agresiva", lo que absorberá la práctica totalidad de cash flow de Telefónica y hará que la reducción de la deuda sea inferior a la que la firma había estimado anteriormente.
Además, consideran que el crecimiento orgánico también será "más débil" de lo previsto debido a que aún existen "presiones intensas" en el mercado español, así como un impulso menor del esperado en Latinoamérica, donde también observan amenazas relacionadas con la regulación en algunos países.
Por otra parte, consideran que la teleco será capaz de mantener un nivel de liquidez adecuado y alcanzar algún grado de desapalancamiento en los próximos dos años.
Así, explican que la perspectiva estable refleja su opinión de que el ratio deuda/EBITDA se situará entre 2,5 y 3 veces. Asimismo, creen que pese a todo el negocio en Latinoamérica seguirá funcionando de "colchón" ante los las "intensas presiones macroeconómicas" de su mercado local.
Más de un año de vigilancia
En junio de 2010, S&P situó la nota a largo plazo de Telefónica en "vigilancia con implicaciones negativas", después de que la operadora española elevara a 6.500 millones de euros su oferta a Portugal Telecom (PT) para adquirir su participación en Brasilcel.
Hace más de un año, la agencia también hacía referencia a la capacidad de desapalancamiento, que desde la generación orgánica de efectivo "ha disminuido" desde el anuncio de un elevado dividendo de unos 5.900 millones para 2010 y sus "ambiciosos planes" de incrementarlo un 25% hasta 2012.