
El grupo inmobiliario Redis ha presentado su proyecto 'Isla Luna', por el cual pretende crear en Valencia la primera isla residencial artificial del Mediterráneo inspirada en la cara visible de la luna y sus cráteres, mares y montañas. El proyecto, que se ubicaría a un kilómetro de la playa de la Malvarrosa, frente al Hotel Las Arenas, ya se encuentra con obstáculos de la magnitud de la Ley de Costas.
La propuesta se construiría sobre un enclave inspirado en la orografía lunar. Con una extensión de 1.600.000 metros cuadrados, 1.000.000 estarían ocupados por tierra y tendría "capacidad para acoger a unas 1.000 familias" en su parte residencial. Las viviendas tendrían posibilidad de amarre -unos 5.000 en total- en la marina más cercana y parcela propia desde 100 a 3.000 metros cuadrados, e incluso con helicóptero y piscinas, en algunos casos.
El enclave, que estaría conectado con la península por un viaducto principal, también albergaría hoteles de 5, 6 y 7 estrellas, gimnasios, restaurantes, terrazas, cafés, cines, campo de golf, balnearios, discotecas y un club de campo.
Así lo afirmó en rueda de prensa el director general del Grupo Redis, Óscar López, junto a las dos arquitectas del proyecto, Clara González y Chelo Penades, quien explicó que 'Isla Luna' "está dirigida a todo el mundo, ", ya sea como residentes en "un barrio más" de la ciudad, o para visitar un "enclave diferente". El apartamento más pequeño, de 40 metros cuadrados y sin otros servicios, tendría un precio mínimo de más de 300.000 euros.
Impacto medioambiental
Una de las arquitectas, Clara González, apuntó su "tendencia a ser un modelo de isla autosuficiente en cuanto a servicios públicos y suministros, y que conlleve el mínimo impacto ambiental". Sin embargo, la realidad es que contraviene la Ley de Costas ya que, por su dimensión, "sería como dos veces y media que la nueva Marina de la America's Cup" y "los perjuicios -medioambientales- serían similares" a los de esa obra.
En este sentido, López reconoció que para poder salvar este obstáculo se requeriría que la normativa hiciese "un paréntesis". Otro de los atolladeros a los que se enfrenta el proyecto es la cercanía de las elecciones generales de 2008, lo que según el arquitecto dificulta que Ayuntamiento, Generalitat o Gobierno se pronuncien y, de hecho, "no ha habido ningún contacto" con las instituciones para tramitarlo.
Aun así, en caso de obtener las licencias necesarias para llevarlo a cabo, ya tiene "inversores españoles para cubrir los 5.000 millones de euros" que se estima que costaría y, en caso de comenzar "mañana" su construcción, estaría terminada en 2020, previó.
Así, se mostró "convencido" de que "es posible" crear esta isla a pesar de la situación que atraviesan las inmobiliarias en los últimos tiempos. Además, "ya existen unas 300 islas artificiales" en países como Dubai, Miami o Polonia, entre otros", y en caso de que no se autorice en Valencia, es un proyecto "perfectamente exportable" a otro lugar.