Empresas y finanzas

Meredith Whitney y Richard Bove acorralan a Goldman Sachs

Goldman Sachs abrió ayer la caja de Pandora y a los analistas más avispados no se les escapó la nueva realidad a la que se enfrenta Wall Street. Meredith Whitney, experta de cabecera para la flor y nata del sector bancario, hincó el dedo en la llaga al preguntar a David Viniar, director financiero de la entidad, sobre los volúmenes de negocio del banco.

Al fin y al cabo, Viniar se pasó buena parte de la conferencia de presentación de resultados hablando sobre los gustos clientes y su nueva aversión al riesgo e ignoró algunas de las cuestiones planteadas en el debate.

Sin embargo, Whitney fue clara al plantaear su pregunta. "No parece coincidir con la naturaleza del Goldman Sachs esperar a que los volúmenes de clientes regresen por arte de magia", señaló. "Parece que esta tendencia está aquí para quedarse, ¿que pasará en los próximos trimestres si seguimos viendo volúmenes como este?", preguntó Whitney. La analista calificó los resultados de Goldman como "faltos de excitación" y añadió "si el banco tenía una estrategia para volver a brillar en el futuro".

La respuesta de Viniar se limitó a evitar hacer predicciones de futuro, al mismo tiempo que señaló que si los volúmenes de negocio no crecen e, incluso, decaen, entonces "habrá que hacer cambios". "Es difícil dar una respuesta definitiva", apostilló.

Goldman debe resolver sus problemas

Por su parte, Richard Bove, analista de Rochdale Securities y otro peso pesado de la industria señaló en un informe que si "Goldman no resuelve sus amplios problemas no podrá hacer uso de la liquidez y capital con la que ha construido su balance de cuentas". "La compañía necesita emplear tiempo para restaurar sus relaciones con sus clientes", añadió.

Es cierto que aunque Goldman cuenta con un colchón de efectivo y capital considerable, 64.000 millones de dólares al final del primer trimestre de 2011 frente a los 34.000 millones del primer trimestre de 2008, tanto Bove como Whitney piensan que será muy difícil hacer buen uso de este exceso de capital a corto plazo debido a la incertidumbre regulatoria.

Además, apuntan el escrutinio que los reguladores han puesto sobre Goldman, especialmente a la hora de vender productos derivados relacionados con hipotecas subprime, como su controvertido Abacus. Un informe del Senado publicado la semana pasada puso de manifiesto los numerosos conflictos de interés de la entidad.

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