
Nueva Rumasa no ha aguantado ni un mes en fase preconcursal. Apenas tres semanas después de que la familia Ruiz-Mateos pidiera cuatro meses de plazo para intentar negociar un acuerdo con sus acreedores y evitar así suspender pagos, la compañía se vio obligada ayer a presentar el concurso de acreedores voluntario.
La primera compañía que ha caído es Grupo Dhul, su mayor firma alimentaria, pero todo indica que no será la única y que en los próximos días el efecto dominó que se generará podría acabar arrastrando a buques insignia del conglomerado como Clesa, Cacaolat y Carcesa.
A 31 de diciembre de 2009, según las últimas cuentas publicadas en el Registro Mercantil de Granada, Dhul presentaba un pasivo de 138,7 millones de euros, aunque todo indica que a cierre de 2010 esta cantidad podría ser bastante mayor, superando incluso los 200 millones.
El fabricante de postres y yogures granadino acumula una deuda con entidades financieras de 111,4 millones de euros, a la que hay que sumar los pagos pendientes a proveedores y a la Seguridad Social. Dhul, que avaló junto a Clesa gran parte de las emisiones de pagarés realizadas a lo largo de los dos últimos años, cerró 2009 con unas ventas netas de 69,1 millones. En esa fecha, su patrimonio neto ascendía a 66,1 millones de euros y su activo, según las cuentas depositadas por Nueva Rumasa en el Registro Mercantil, ascendía a 204,9 millones. Los listados de morosos revelan impagos por valor de 19,6 millones.
Un dudoso dossier
En el dossier que se entregó a los 5.000 bonistas atrapados en Rumasa aparecían una serie de cifras y promesas que hoy todo el sector pone en duda a la vista de los acontecimientos. Entre estas previsiones destaca, especialmente, que asegure unas ventas en 2009 de 147,4 millones, cuando los datos presentados en el registro oficial son otros.
Y lo mismo sucede si se comparan las cifras de ventas de los años anteriores. Así, en 2008 esta cantidad en el Registro Mercantil es de 70,4 millones, mientras que en el dossier las ventas suman 137,6 millones. Nueva Rumasa explicó la diferencia de cifras porque las del registro son ventas netas y las de su dossier son brutas. El 7% de crecimiento que ellos anuncian en 2009 refleja, según sus palabras, un aumento en el volumen que no se traslada a las ventas netas ya que la mayoría era para marcas blancas.
El clan Ruiz-Mateos estimaba, además, un crecimiento en 2010 del 10% hasta alcanzar los 162,2 millones en ventas. Sus proyectos de futuro incluían la fusión de las delegaciones de Dhul y Clesa en Madrid. Una mejora que les iba a permitir dar empleo a 60 personas más, servir a 1.500 clientes y a más de 2.500 puntos de venta. La realidad, sin embargo, es bien distinta.
Impagos
Dhul ya ha caído, pero los problemas que acumulan la multitud de divisiones de los Ruiz-Mateos se multiplican. Ayer, los trabajadores del hotel canario Beverly Playa, que está en venta, salieron a la calle para reclamar las nóminas de febrero. Lo curioso es que este hotel abrió sus puertas hace apenas 14 días y sus empleados iniciaron su relación laboral con Nueva Rumasa a primeros de febrero.
Los impagos también han enfurecido a los 300 viticultores de la cooperativa Virgen de la Caridad de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) que en 2009 vendieron Bodegas Caydsa por 12 millones para sanear las cuentas. Ambos pactaron un pago a diez años sin intereses.
Los viticultores denuncian, sin embargo, que el clan Ruiz-Mateos les debe 11,4 millones, no vencidos, que han perdido su bodega y sus vinos y que, además, a esa deuda hay que añadir unos 800.000 euros vencidos así como otros 900.000 euros de la cosecha de 2009.