
El panorama de las telecomunicaciones está cambiando dramáticamente en los últimos años. Las operadoras, que una vez fueron las pioneras, están quedando en segundo plano y se están convirtiendo en meras utilities o compañías de servicios básicos, al estilo de las eléctricas o las compañías de aguas. El empuje de actores como Apple o Google, como recoge la agencia estadounidense Bloomberg, tiene la culpa.
El cambio de paradigma también está siendo apreciado por el mercado: hoy en día, la capitalización bursátil de Apple es similar a la de las cinco mayores operadoras europeas juntas (Vodafone, Telefónica, Deutsche Telekom, France Telecom y Telecom Italia), como recientemente se quejaba el CEO del ex monopolio francés, Stephane Richard.
La compañía de la manzana vale ahora mismo más de 320.000 millones de dólares (236.700 millones de euros), mientras que la suma de las cinco mayores operadoras es de 292.945 millones de euros.
De hecho, Richard recordaba que el valor económico de las cinco grandes era mucho mayor: 1 millón de empleos, 1.200 millones de clientes, 300.000 millones de euros en ingresos y 50.000 millones en inversiones anuales. Sin embargo, no están siendo capaces de convencer al mercado de que son algo más que dumb pipes, término que alude a los operadores como simples proveedores de la red que transfiere los datos entre el dispositivo del usuario e Internet.
Las empresas como Apple mantienen el control sobre la experiencia del usuario, con grandes beneficios provenientes de las aplicaciones, beneficios que las operadoras no huelen más allá del cobro al cliente por el acceso a la red. Y por ello están demandando alguna clase de compensación por la inversión que supone mantener una red cada vez más saturada de datos y con unas exigencias de velocidad cada vez mayores.
Rentabilidad por dividendo igual que las utilities
Otros datos del mercado apuntan a la supremacía de las nuevas compañías en detrimento de las viejas telecos. Las acciones de Apple subieron el año pasado un 84%, frente a la caída del 1,6% de France Telecom o las subidas del 5,3% de Deutsche Telekom y del 8,3% de Telefónica.
De hecho, analizando los fundamentales, la transformación de las telecos en utilities es evidente: tanto el Bloomberg European Telecommunications Services Index como el European Utilities Index tuvieron una rentabilidad por dividendo del 5,81%. "Es una pena, pero es verdad que las telecos yo se ven como valores de crecimiento", dijo a Bloomberg el gestor Boris Boehm, de Aramea Asset Management en Hamburgo.
A nivel de ingresos, las comparativas tampoco son buenas. Apple incrementó sus ventas un 70% en su primer trimestre fiscal. Telefónica, por ejemplo, mejoró sus ingresos un 6% hasta septiembre de 2010, último dato publicado.
Ante esta situación, surgen las demandas de las operadoras. Argumentan que necesitan alguna clase de compensación por parte de las compañías que generan enormes cantidades de tráficos, obteniendo gratis el acceso a unas redes y dejando los costes a las telecos. "Las operadoras no pueden sostener que los contenidos pasen por su red sin alguna clase de peaje", según Stuart Orr, de Accenture.
Sin embargo, al no tener los derechos sobre el contenido, "¿qué derecho tienen los operadores a forzar a los proveedores de contenidos a pagar? No veo ninguna solución fácil", añade en declaraciones a la agencia estadounidense.
Al final, lo único que les queda es acudir a los gobiernos en busca de regulaciones que les sean más favorables. Igual que cualquier otra utility.