
Ante la nueva normativa impuesta por Basilea II, la entidad catalana está barajando una opción para poder mantener sus ratios de solvencia: convertirse en un banco. La transformación podría llevarse a cabo durante 2011 y supondría traspasar su negocio, oficinas y activos para pasar a ser una fundación centrada en la obra social.
Según explican hoy El Periódico de Catalunya y el diario Público, esta es la alternativa más plausible que está barajando la entidad para cumplir con las reglas financieras, que le obligan a ampliar capital para conservar sus actuales ratios de solvencia, y sus elevados niveles de core capital y Tier I -los porcentajes de capital de mayor calidad- lo que difícilmente podría hacer con su actual estructura jurídica.
Sin embargo, portavoces de la entidad han señalado que La Caixa no está estudiando ninguna posibilidad concreta de las que permite la Ley de Cajas y recuerda que sus estatutos ya recogen todos los modelos posibles que prevé la nueva normativa, sin haber tomado ninguna decisión al respecto.
La Caixa ya aprobó este cambio en su última asamblea, en una adaptación a la nueva ley de cajas catalanas, que ya preveía esta posibilidad para el conjunto de las entidades, entre otro abanico de medidas legales. La modificación fue aprobada por el Parlament este verano por la Comisión Permanente.
Tras el cambio que la entidad de ahorro podría llevar a cabo, según la versión de estos rotativos, presumiblemente en 2011, La Caixa quedaría como una Fundación en la que se concentraría la Obra Social y el nuevo banco asumiría el negocio bancario de La Caixa.
La Caixa se encuentra fuertemente saneada, de hecho cuenta con uno de los niveles de liquidez más elevados de sistema español, más de 20.000 millones, pero no puede destinar ni legal ni técnicamente este dinero a ampliar capital al tener la estructura jurídica de una caja de ahorros, sino que en este momento sólo puede aumentar su reservas a cargo de unos beneficios que este año volverán a menguar por el entorno general del sector.