
Es la encarnación del sueño americano en las Islas Canarias. Llegó a Tenerife en 1965 sin saber apenas español y con muy poco dinero en el bolsillo, tan sólo cuatro años después de que se marchara su padre.
Empezó vendiendo alfombras -negocio en el que aún sigue- y pronto empezó a invertir en bolsa, demostrando una habilidad extraordinaria en sus inversiones. Hasta amasar una fortuna de unos 600 millones de euros, convertirse en el inmigrante más rico de España y hacerse fuerte en el Banco Zaragozano, Bankinter o el Banco Popular.
Todo ello, hasta ahora, que la crisis le está pasando factura. Y con más fuerza de lo esperado. Casa Kishoo, la empresa a través de la cual gestiona sus inversiones, ha sufrido un desplome histórico en su cuenta de resultados, con una caída de los ingresos del 86 por ciento, hasta tan sólo 48,4 millones. Son en total 303 millones de euros menos que en 2008.
El fin de un proyecto
"La caída del volumen de negocio y la coyuntura actual nos ha obligado a reducir nuestra participación en Banco Popular, bajar el apalancamiento y refugiarnos en renta fija", asegura la empresa en el informe de gestión adjunto a las cuentas anuales del último ejercicio, remitidas al Registro Mercantil.
En tan sólo dos años, Bhavnani ha reducido su deuda en 481 millones de euros, hasta dejarla en 158 millones. Bhavnani no lo confirma, y en la CNMV no aparece ningún comunicado, pero podría haber puesto fin a su aventura en Banco Popular con la venta de casi toda su participación, que en verano de 2009 era del 2,861 por ciento y ahora podría haberse reducido a "números insignificantes".
La última vez que el inversor reportó un movimiento relacionado con su presencia en el accionariado de Popular fue en agosto de 2009, cuando comunicó la venta de 23,7 millones de acciones y situó su participación en el 2,861 por ciento, desde el 4,78 por ciento del capital que controlaba anteriormente.
El desfase se debe a que no es obligatorio notificar a la CNMV las variaciones en las participaciones cuando no alcanzan el 3 por ciento del capital. Según señalaba el propio Bhavnani a elEconomista hace un año, la inversión en Popular no ha sido tan gratificante como esperaba, sobre todo porque la entidad no le ha permitido entrar en el consejo de administración.
Por eso ha deshecho su participación y ha destinado ese dinero a otras inversiones, entre las que destacan las letras del Tesoro y sus sicavs. "A través de estas sociedades puedo diversificar mi cartera", explicaba Bhavnani.
La situación financiera
Pese a labrusca caída de los ingresos y de su patrimonio como consecuencia de la crisis -sus activos están valorados ahora en 360 millones- , la situación financiera de Bhavnani no es ni mucho menos preocupante.
Aunque sus beneficios han caído un 60 por ciento, hasta 17,6 millones, la empresa sigue dando síntomas de fortaleza. De hecho, sus fondos propios han aumentado casi un 10 por ciento, hasta 199,6 millones de euros.