
El sector turístico se levanta en armas. Los diferentes agentes del negocio estallaron ayer contra los controladores aéreos ante la posibilidad de que se complique todavía más la difícil situación por la que atraviesan aerolíneas, hoteles y agencias de viajes. Y es que miles de turistas ya se cuestionan si elegir España como destino de vacaciones. Análisis: Una huelga inaceptable
"Con la huelga se tendrán que cancelar gran cantidad de vuelos y muchas personas, que tenían pensado pasar sus vacaciones en nuestro país, están comenzando a contemplar la posibilidad de marcharse hasta otros destinos del Mediterráneo", explica Felipe Navío, presidente de la Asociación Española de Compañías Aéreas (AECA).
"La huelga afectará negativamente al turismo, el único sector de la economía que pueda generar empleo y actividad económica. El impacto será fatídico", agregó.
Unas consecuencias que, de dilatarse la huelga en el tiempo por más de un día, "podrían ser catastróficas", tal y como apunta la Asociación de Compañías Españolas del Transporte Aéreo a Ep.
Pero la animadversión hacia los controladores también es común entre los representantes de hoteles y agencias de viajes. Ramón Estalella, director general de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos, llegó a ayer a plantearse como "inaceptable" que una huelga de este tipo pueda paralizar al sector.
"No es admisible", incidió, al tiempo que abogaba por modificar la ley de huelga para que en adelante no se puedan repetir episodios de este tipo. Estalella solicitó que los huelguistas fuesen sustituidos por personal extranjero o militares.
Especialmente contundentes con los controladores se han mostrado las agencias de viajes, que han reclamado "dureza absoluta" contra ellos.
Manuel Maciñeiras, presidente de la Asociación Empresarial de Agencias de Viajes Españolas, señaló que la situación constituye "la batalla de un colectivo pequeño que quiere mantener sus privilegios como sea", por lo que "el usuario nunca se pondrá de su parte. No van a recibir apoyos, sino presión pura y dura", añadió.
Movilizaciones legales
Fuentes de las compañías aéreas han expresado a este diario que, en el caso de que la huelga sea legal, las aerolíneas harán todo lo que esté en su mano para tratar de amortiguar las consecuencias de los parones.
Eso sí, en el caso de tratarse de una huelga de celo, las posibilidades de las compañías de paliar los trastornos del tráfico serán inútiles. "Si los servicios mínimos están bien estipulados y se respetan la situación será más llevadera. En caso contrario el caos puede ser total", explica una de estas fuentes.
Desde Spanair inciden en la necesidad de compatibilizar tanto el derecho a la huelga de los controladores como el derecho al transporte de los ciudadanos. "El Gobierno tendrá que equilibrar las dos posiciones" aclaran.
Las aerolíneas también parecen coincidir en que si los servicios mínimos se mantienen por encima del 75 por ciento lo más probable es que no haga falta cancelar vuelos.
Sin levantar cabeza
Con todo, esta huelga de controladores suma un nuevo episodio a la desafortunada serie de acontecimientos que acumulan las aerolíneas desde los atentados del 11-S en Estados Unidos.
En este tiempo, los máximos alcanzados por el precio del petróleo hace más de dos años (el barril de Brent llegó a superar los 140 dólares frente a los 80 dólares actuales), la crisis económica y un descenso en el número de pasajeros han venido a revolver aún más un sector que el pasado mes de abril, con la nube de ceniza del volcán islandés Eyjafjalla, revivió sus peores pesadillas.
De hecho, durante el tiempo el que volcán emitió sus famosas nubes de ceniza, el impacto económico que tendría el fenómeno natural entre las compañías del sector se llegó a comparar con el del atentado contra las Torres Gemelas.
A finales del mes de mayo, con el tráfico aéreo prácticamente restablecido, el balance por el impacto dejó pérdidas por valor de 4.072 millones de euros, tal y como puso de manifiesto un informe elaborado por la consultora Oxford Economics por encargo del fabricante aeronáutico Airbus, y que fue difundido durante el X Consejo Mundial de Viajes y Turismo celebrado en China.
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