
La patronal de las principales cementeras españolas (Oficemen) cree todavía que la caída del precio de la vivienda no ha tocado suelo y que debería producirse una mayor bajada de precios. Además, las perspectivas futuras del sector pintan de color gris con posibles cierres de plantas y despidos, si se frena la obra pública.
En contra de lo que proclaman las principales patronales inmobiliarias, Oficemen cree que habrá una mayor bajada de los precios de los pisos en España, como ha ocurrido en otros países (Estados Unidos o Reino Unido) donde también se vivió un boom inmobiliario en los últimos años.
"Los precios se deberían ajustar a los precios reales y no a los precios que se establecieron en plena burbuja inmobiliaria", explicó el presidente de Oficemen, Joaquín Estrada, quien matizó que esa bajada variará en función de la localización.
En las zonas donde hay una mayor demanda, las rebajas serán menores, como es el caso de las principales ciudades españoles. En cambio, en la zona del Levante, los precios de la segunda residencia han bajado bastante y se espera que esa tendencia se atenúe en los próximos meses.
Para las cementeras la rehabilitación de viviendas será un nuevo nicho para el mercado, en la que ellas podrán poner su grano de arena. "Apoyamos las medidas que el Gobierno ha establecido para incentivar las reformas de los pisos y estamos creando productos específicos para este área", indicó Estrada, en la presentación de los resultados del primer semestre del año del sector.
Más déspidos y cierres de plantas
No obstante, este nuevo nicho de mercado compensará la caída de consumo que las cementeras llevan sufriendo desde hace más de año y medio. De hecho, sus perspectivas futuras no son nada halagüeñas. Oficemen temen por el cierre de plantas y más despidos, si se frena la obra pública.
La asociación, que engloba a 37 fábricas, señaló que sólo se está utilizando la mitad de la capacidad de esas plantas, cuya plantilla puede oscilar entre 80 y 200 trabajadores. Una situación insostenible a largo plazo y que se sortea a corto plazo con las exportaciones de cemento.
"El consumo de cemento per cápita es el más bajo de los últimos 40 años", explicó Estrada, que dio estas cifras para demostrar la situación crítica que vive el sector. El consumo de cemento cayó casi un 16 por ciento en el primer semestre de este año, rspecto al mismo periodo del ejercicio precedente. La producción cayó un 14,4 por ciento y las exportaciones salvaron el entrono al crecer un 27 por ciento.