Empresas y finanzas

Caja Madrid y Bancaja pedirán 4.500 millones al FROB para liderar el sector

El presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato. Foto: Archivo

Golpe de efecto en el sector de las cajas. Rodrigo Rato, el último en llegar al negocio, arrebata de un plumazo a La Caixa su liderazgo y pasará a presidir la primera entidad por volumen de negocio en España.

Y lo hará después de que ayer Bancaja decidiese integrarse en la fusión fría liderada por Caja Madrid y en la que están Caja Ávila, Segovia, Laietana, Insular de Canarias y Rioja, que tienen previsto solicitar en torno a los 4.500 millones de euros al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), según aseguran fuentes conocedoras de la operación.

Tras la fuerte presión a la que fue sometida durante los últimos días por parte del Banco de España, la entidad valenciana decidió ayer sumarse al Sistema Institucional de Protección (SIP) cuyo liderazgo mantendrá el actual presidente de Caja Madrid. Algo que se producirá tras asegurarse que la caja madrileña controlará más del 58% de la nueva entidad en un accionariado en el que la valenciana rondará el 42%, aunque ese porcentaje se irá mermando tras la llegada de las otras cajas.

El reparto de sillones

Rato será quien asuma el papel de presidente ejecutivo, que ejercerá desde la sede operativa del SIP en Madrid. Por su parte, el presidente del Grupo Bancaja, José Luis Olivas, asumirá el cargo de vicepresidente ejecutivo. Además, ha conseguido para Valencia la sede social del SIP, lo que mitiga la sensacion de pérdida de poder financiero que hay en la Comunidad Valenciana tras la integración de sus dos grandes cajas en dos fusiones que no lideran.

Olivas también presidirá la filial que agrupará todas las participadas, entre las que se encuentran paquetes en empresas como Iberdrola, Iberia, NH, Mecalux y, la más valiosa, Banco de Valencia. La sede de las participadas también se instalará en la capital del Turia. En cuanto al Banco de Valencia, del que Bancaja tiene un 38%, seguirá presidido por Olivas y bajo el mando de Bancaja.

El resto de las cajas de ahorros que forman parte del SIP mostraron ayer su satisfacción por formar parte de la primera caja española con casi 340.000 millones de euros en activos. No en vano estas cajas -Ávila, Segovia, Laietana, Insular de Canarias y Rioja-, que hasta ahora contaban con una cuota de mercado muy reducida, pasarán a formar parte de un grupo con 22.600 empleados y 4.500 oficinas.

La primera caja

De hecho, el nuevo grupo que liderarán Caja Madrid y Bancaja alcanzará el primer puesto del ranking del mercado español en cuanto a volumen de negocio al sumar sus créditos y depósitos 377.000 millones de euros. De esta forma, superan al Santander (incluido Banesto), cuyo volumen de negocio en el mercado español se sitúa en los 371.000 millones de euros, y a BBVA, con 302.000 millones de euros.

Las cinco cajas que junto a Caja Madrid y Bancaja tienen previsto formar esta nueva entidad decidieron ayer retrasar hasta el lunes sus respectivos consejos de administración, para dar luz verde a la operación con la caja valenciana incorporada. En esos consejos se expondrá el nuevo mapa de sucursales del grupo. Existe un pacto inicial entre las dos grandes para que las sucursales del grupo en Valencia y Baleares adopten la enseña de Bancaja, y las que estén en la capital de España, la de Caja Madrid.

También quedaría por dilucidar la representación en el consejo de administración de cada una de las cajas que, inicialmente, reflejará el reparto accionarial que se acuerde.

Entretanto, los consejos de Caja Madrid y Bancaja ratificaron un principio de acuerdo que está previsto también que se materialice el próximo lunes. No obstante, fuentes consultadas por este periódico no descartan que en el último minuto y, en cualquier caso antes del martes, se incorpore alguna otra entidad. Una opción, que según las mismas fuentes, se derivaría del "último favor" que el Banco de España habría pedido a la entidad madrileña.

Entre las opciones estaría Caja Badajoz aunque no se descarta que otras entidades se vean obligadas a mover ficha para amortiguar el golpe de mano de Rodrigo Rato.

Fuente: elEconomista

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