
La desconfianza de la Iglesia y el desacuerdo laboral han resultado ser escollos demasiado difíciles de superar para que la fusión entre Cajasur y Unicaja llegara a buen puerto. La entidad cordobesa ha preferido ser intervenida por el Banco de España.
La entidad cordobesa es la entidad número 20 por activos y su caído llega después de más de un año de negociaciones con la primera entidad andaluza, Unicaja. Cajasur acumula en el primer trimestre de este año unas pérdidas de 114 millones de euros, a las que hay que sumársele los 596 millones perdidos en 2009.
Sin embargo, Santiago Gómez Sierra, el sacerdote presidente de Cajasur, dijo anoche no ver como una buena solución a la bancarrota inminente de la entidad la unión con la caja malagueña.
Las razones del rechazo
La falta de un acuerdo laboral con los sindicatos, uno de los compromisos pactados para su integración, fue el principal motivo esgrimido para rechazar la unión. Sin embargo, se había logrado a última hora de ayer un pacto verbal con cuatro sindicatos basado en una ajuste de plantilla de 1.224 personas y 200 millones a repartir entre mil trabajadores.
Además de este desencuentro laboral, en la decisión final del consejo de administración de Cajasur ha pesado mucho el hecho de que Gómez Sierra no se fiara de Braulio Medel, presidente de Unicaja.
La negativa a la fusión obtuvo 11 votos a favor por ocho en contra y una abstención.
Los seis sacerdotes del consejo de administración votaron 'no', al igual que lo hizo el sindicato afín a la Iglesia Aspromonte.