
El informe de los administradores concursales adjunta varios documentos, donde aparece la palabra "Confidencial", en los que se pone de manifiesto que los ex directivos eran conscientes del estado de insolvencia de la empresa y buscaban desesperadamente nuevos negocios para no depender tanto de los contratos con compromiso de revalorización.
Así, en un rocambolesco informe titulado Afinsa Mañana, de abril de 2002, se analiza, a través de eufemismos para no mencionar nunca la palabra insolvencia, el estado financiero de la empresa. Se revisa el modelo de negocio y se llega a la conclusión de que hay que encontrar otra manera de conseguir dinero, porque la empresa está en una situación delicada. Sin embargo, nunca fue posible y Afinsa tuvo que seguir captando clientes para subsistir, haciendo aún más grande la pirámide.
La piedra angular sobre la que se basaron para crecer fue la potente red comercial compuesta por agentes, pero también por los propios clientes, quienes podían convertirse a asesores. La empresa les premiaba con diferentes regalos si captaban un nuevo cliente.
Eso explica, según los administradores, que entre los afectados haya familias y pueblos enteros. El boca a boca corría como la pólvora. En este tipo de acciones promocionales, la empresa se gastó casi seis millones de euros en tres años, desde 2003 a 2006. El objetivo era crecer sin límites. ¿Hasta cuándo?