
El fabricante de automóviles estadounidense General Motors (GM) ha anunciado hoy que no pudo completar la venta de la marca Hummer a la firma china Tengzhong, por lo que cerrará el fabricante de todoterrenos que simbolizó a los vehículos de consumo excesivo.
El vicepresidente de Planificación Corporativa y Alianzas de GM, John Smith, dijo que desde que GM decidió desprenderse de Hummer han considerado una serie de posibilidades "y estamos desilusionados que el acuerdo con Tengzhong no pudiese ser completado".
Esta es la segunda vez que General Motors se ha visto obligada a cancelar la venta de una de sus marcas, ya que también lo intentó con Saturn al grupo estadounidense Penske en 2009 pero la operación fue cancelada en el último momento.
3.000 empleos menos
GM sí ha conseguido vender la marca sueca Saab a la firma holandesa Spyker. La cuarta marca que la nueva GM ha desechado, Pontiac, también será cerrada en los próximos meses.
Smith dijo que "ahora trabajaremos de forma estrecha con los empleados de Hummer, concesionarios y proveedores para cerrar la empresa de forma ordenada y responsable". GM agregó que asumirá las garantías y servicio de los vehículos existente de Hummer.
No fructificó por la oposición del gobierno chino
Tengzhong, por su parte, confirmó que tuvo que renunciar a la compra por falta de aprobación de los reguladores chinos.
La firma china aclaró en un comunicado que tuvo que retirar su propuesta de compra "al no haber sido capaz de conseguir el visto bueno para la transacción por parte de los reguladores chinos en el tiempo establecido para el acuerdo" con la compañía estadounidense, que, en consecuencia, anunció ayer que tendrá que cerrar la marca Hummer.
"Después de conversar con GM, ambas partes han decidido interrumpir las negociaciones para la transacción y terminar su acuerdo definitivo" para la compra, continúa el comunicado.
"Tengzhong está decepcionada de que la transacción no haya podido ser culminada, pero la compañía respeta el resultado", asegura, aunque no comenta el motivo de la denegación de Pekín.
Hace tres semanas GM y Tengzhong tuvieron que ampliar en un mes más el plazo que se habían fijado para cerrar el acuerdo de venta, en espera de una aprobación de las autoridades centrales chinas que nunca llegó, y que ha acabado provocando la suspensión del acuerdo antes de concluir ese plazo extra.
Consultada hoy por Efe, la compañía china se excusó de que, por encontrarse en pleno cambio de sus oficinas, ningún responsable con capacidad de hablar con la prensa estaba disponible.
Pekín no parece ver con buenos ojos la compra de una marca extranjera emblemática que representaba todo lo contrario de lo que el Gobierno chino pretende potenciar: la producción y el uso de vehículos más pequeños, menos contaminantes y de menor consumo.