Los bancos podrían necesitar hasta 221.000 millones de dólares de capiatl adicional para ajustarse a las nuevas exigencias regulatorias, lo que provocaría que su rentabilidad sobre recursos propios se viera reducida en más de la mitad, según un informe elaborado por JP Morgan. La entidad española Banco Santander y la suiza UBS serían las menos afectadas.
La entidad estadounidense considera que el banco presidido por Emilio Botín será el banco que menos sufrirá el impacto de las normas propuestas y que precisaría "sólo" 1.615 millones de dólares de capital adicional, frente a los más de 35.000 millones que podría necesitar Royal Bank of Scotland (RBS) o los 23.000 millones de dólares que le harían falta a Lloyds. HSBC Holdings necesitaría 16.000 millones y Barclays, unos 14.500 millones.
Así, los bancos británicos serían los más afectados y necesitarían hasta 91.000 millones de dólares en capital adicional, seguidos de los de Europa continental, que necesitarían 86.000 millones de dólares. Después se situarían los bancos estadounidenses, con una necesidad de capital adicional estimado en 44.000 millones de dólares.
Los analistas de JP Morgan estiman que los efectos se sentirían en todo el sector, incluida la banca minorista, dado que no se limitarían a la banca de inversión.
Coste para los consumidores
Pero los analistas de JP Morgan creen que la modificación de la normativa que regula el capital que tiene que tener la banca para hacer frente a los riesgos no afectaría sólo a los accionistas, sino que podría suponer también un aumento del 33% del coste de todos los productos bancarios, ya que las entidades intentarán compensar la pérdida de rentabilidad.
En concreto, estiman que para lograr una rentabilidad sobre recursos propios (ROE, por sus siglas en inglés) del 15%, al que aspiran muchos bancos, las entidades británicas y los bancos de inversión europeos tendrían que incrementar los precios de sus productos un 80%.
También calculan que algunos de los costes se podrían compensar reduciendo las bonificaciones a los empleados, pero que incluso esa medida sólo tendría un impacto limitado y los precios de los productos bancarios aún tendrían que subir en torno a un 26% para que se el ROE mantuviera en los niveles actuales.JP Morgan considera que la aplicación de todas las propuestas regulatorias restaría 110.000 millones de dólares brutos a los beneficios y que el ROE de los bancos en todo el mundo podría bajar a una media del 5,4% en 2011 frente al 13,3% actual.