
A otra cosa. Eso es lo que han debido de pensar los políticos de Castilla y León después de que se hayan arreglado los problemas de Caja Duero y Caja España, con la aprobación ayer de un acuerdo de fusión por parte sus respectivos consejos de administración tras una infinidad de desencuentros.
El foco ahora se ha puesto ahora en las entidades más pequeñas de la comunidad, Caja Ávila y Caja Segovia, que hace medio año hicieron un intento para una posible integración, aunque el proceso permanece paralizado.
El primero en lanzar el mensaje ha sido el PSOE, aunque la Junta, gobernada por el PP también es partidaria de una integración de estas dos cajas para evitar que sean absorbidas por grupos financieros de otras regiones. El secretario de Organización de los socialistas castellanoleoneses, Pedro Múñoz, reclamó ayer el mismo esfuerzo realizado por España y Duero a las "cajas pequeñas" sin buscar alianzas "fuera".
Horas antes, el presidente de Caja Segovia, Atilano Soto, no quiso desvelar los pasos dados en los últimos meses, aunque señaló que "caminamos junto con Caja Ávila de manera uniforme".
Más transparente se mostró al referirse a las negociaciones fallidas con Caja Burgos y confesó que existe un "cierto disgusto". La burgalesa ha decidido suscribir un Sistema Integral de Protección (SIP) o fusión virtual con CAN, Sa Nostra y General de Canarias.
En un principio mantuvo también conversaciones, a instancias del supervisor, con Caja España y Caja Duero. Estas dos entidades conformarán la sexta entidad de ahorros por volumen de activos, superiores a los 46.000 millones, una vez que sus consejos hayan autorizado el reparto de poderes fijado por las comisiones negociadoras en la medianoche del lunes.
La fusión de Caja Duero y Caja España
Tras unas duras e intensas negociaciones, ambas entidades cedieron en sus posiciones iniciales y llegaron a un acuerdo equitativo, por el que León acogerá la sede social y la presidencia y Salamanca las direcciones generales.
En la próximos dos años, una vez se integren en primavera los negocios, la nueva entidad contará con 320 consejeros generales (160 de cada una) y su consejo de administración estará compuesto por 34 miembros (la mitad de cada una).
El presidente de Duero, Julio Fermoso, consideró que supondrá jugar en "la primera división" del sistema financiero, mientras que su homólogo de España, Santos Llamas, opinó que "el camino empieza a ser importante a partir de hoy".
Ninguno de los consejos autorizó la operación por unanimidad. En el órgano rector de la salmantina hubo tres votos en contra y una ausencia de los diecisiete vocales con derecho a voto. Por su parte, en el de Caja España se produjeron tres ausencias de los también diecisiete miembros de su consejo de administración.