El Boeing 787, también conocido como Dreamliner, despegó hoy sin incidencias en su primer vuelo de prueba, aunque con más de dos años de retraso, en la planta de la compañía en Everett (Seattle). De tamaño mediano, con una cabina de dos pasillos, es el primer nuevo modelo de la compañía estadounidense en más de 10 años.
El Boeing 787 comenzó a recorrer la pista de despegue hacia las 18.14 hora española, catorce minutos después de lo previsto y despegó a las 18.30 en dirección norte escoltado por dos aviones militares. Las condiciones meteorológicas hoy en Seattle eran relativamente buenas, con cielos nublados pero sin lluvia.
El Dreamliner hará un vuelo de prueba de unas cuatro o cinco horas de duración y aterrizará hacia las 23.00 horas en un aeropuerto del sur de Seattle. Se prevé que el avión se dirija hacia el norte, luego hacia el oeste y dé al menos unas cuantas vueltas sobre el océano Pacífico antes de aterrizar.
A bordo del aparato se encuentran sólo Michael H. Carriker y Randall Lee Neville, dos experimentados pilotos de pruebas de Boeing, pero en la pista se encontraban cientos de empleados de Boeing, así como compañías asociadas con la firma aeronáutica y numerosas personalidades.
Retrasos del proyecto
El avión ha superado numerosos controles y pruebas tanto virtuales como tierra, pero es la primera vez que levanta el vuelo. Se trata de un importante paso para la compañía aeronáutica estadounidense, que empezó a trabajar en el concepto del Boeing 787 a finales de la década de 1990 y acumula ya más de dos años de retraso en la producción del avión y costes adicionales de varios miles de millones de dólares.
El primer vuelo de pruebas del Dreamliner estaba previsto en principio para el pasado mes de junio, pero el aparato falló un test de tensión en su ala y el vuelo tuvo que posponerse.
Boeing espera suministrar el primer avión a la aerolínea japonesa All Nippon Airways a finales de 2010, una fecha considerada poco realista por algunos analistas del sector. En total, la compañía ha recibido ya 840 pedidos por valor de 140.000 millones de dólares.
La serie de retrasos en el programa 787 causó a Boeing una pérdida de 1.600 millones de dólares en el tercer trimestre de 2009 y debió recortar su previsión de beneficios en más de un tercio. Algunas empresas como S7 de Rusia, la alquiladora LCAL de Dubái y Qantas de Australia cancelaron sus órdenes de compra.
Nuevos estándares
Boeing ha puesto muchos recursos y ha centrado sus esperanzas en este modelo que, según algunos expertos, podría marcar futuros estándares en consumo de combustible y autonomía de vuelo.
El Dreamliner ha sido construido con materiales más ligeros -titanio y carbono, principalmente- que permiten reducir su consumo de combustible en un 20%. Dependiendo de su configuración, el aparato puede acomodar entre 210 y 250 pasajeros y volar unas 2.500 millas náuticas sin repostar.
El Dreamliner promete además ser el avión más confortable para los pasajeros construido hasta la fecha. Según los datos facilitados por Boeing, el 787 tendrá una cabina más ancha que la de otros aviones medianos, lo que se traducirá en asientos más amplios, mayor espacio en el pasillo y más espacio para el equipaje de mano.
Las ventanas son también más grandes que las de sus competidores y se ha mejorado tanto la calidad del aire como el nivel de humedad en la cabina de pasajeros para hacer el vuelo más agradable.
Boeing asegura también que el Dreamliner ofrecerá vuelos más tranquilos, pues dispone de sensores especiales que controlan en cierta medida la reacción del avión ante una turbulencia.
Competencia europea
Boeing, con sede en Chicago, lucha por la supremacía comercial con su rival europea Airbus, y espera que su 787 sea la visión del futuro para el transporte aéreo en lugar del más grande y ya operativo A380.
Pero la competencia de Airbus será una dura prueba para el "Dreamliner", que deberá hacer frente también al nuevo A350 desde mediados de 2013.