
¿Puede una pequeña empresa con apenas 20 empleados y una facturación de 2 millones de euros provocar una subida generalizada d el precio de los alimentos en toda España? La catalana Bonmacor ha demostrado que sí. Multa histórica de 120 millones a las aseguradoras por fijar precios.
Esta pyme, especializada en la gestión de asociaciones empresariales, dirige seis de las ocho organizaciones sectoriales de la industria alimentaria que acaban de ser sancionadas con 1,3 millones de euros por instar a la subida generalizada que sufrieron los consumidores hace dos años.
Aunque la Comisión Nacional de la Competencia no la ha sancionado por ello, el informe elaborado a raíz del expediente abierto al sector, al que ha tenido acceso elEconomista, concluye que es una de las principales responsables de la subida de los precios.
Distorsión de la competencia
Tras realizar una inspección en su sede de Barcelona el 30 de octubre de 2007, Competencia ha concluido ahora que "Bonmacor presta sus servicios como gestora en calidad de secretaría general en la Federación Española de Asociaciones del Dulce (Fead), la Asociación Española de Fabricantes de Chocolates y Derivados del Cacao (Chocao), la de panificación y pastelería de marca (PPM), la de fabricantes de pastas alimenticias (Aefpa), la de helados (Aefh) y la de fabricantes de salsas y condimentos preparados (AEFSyCP)".
El informe es contundente y detalla como dos de sus directivas -Teresa Lara y Diana Roig- pactaban desde la secretaría general de estas asociaciones todos los comunicados necesarios con Fiab, la patronal del sector, y las otras dos asociaciones involucradas, para subir los precios.
Según revela la instrucción realizada por la Dirección de Investigación de la CNC, "la comunicación entre asociaciones contribuyó a que unas tuvieran en cuenta las notas de las otras, a que se coordinaran los mensajes y a potenciar la difusión de los mismos, fortaleciendo la aptitud de la conducta para distorsionar la competencia".
Correos cruzados para pactar
Todo se inició el 22 de noviembre de 2006 cuando Fiab se dirige a sus asociados por correo electrónico comunicándoles que varias asociaciones están expresando su preocupación por el notable incremento de varias materias primas y proponiendo hacer un comunicado. Con ese fin, les solicita "porcentajes de incremento de las principales materias primas de tu sector en el último año, respecto al anterior" y "argumentos para poder dar al comunicado el mayor atractivo posible".
En respuesta a ese correo, Teresa Lara y Diana Roig empiezan a orquestar todo el plan de comunicación, que provocará después la subida. El 22 de enero de 2007, Roig se dirige en ese sentido a Fiab preguntando sobre la nota de prensa y señalando que la ven urgente. "Puesto que el aumento del precio de las materias primas (...) se nos está comiendo los márgenes, creo que sería un buen momento para lanzar una nota", asegura en el mail remitido a la patronal. Pero Roig va incluso más allá y, en otro correo electrónico el 16 de febrero de 2007, señala que "la idea de la nota de prensa de Fiab es alertar sobre los incrementos de precio que la industria está soportando, al efecto de facilitar las negociaciones de venta de los productos terminados y poder repercutir, en la medida de lo posible, dichos incrementos".
En esa misma línea, otra de las directivas de Bonmacor, Teresa Lara, en su calidad de secretaria general de la Federación de Asociaciones del Dulce, la de fabricantes de cacao y la de helados, envía también varios correos para cerrar el pacto.
"No tienen pruebas"
El 17 de julio de 2007 envía por ejemplo uno para decir que "finalmente sale la nota de prensa después de consensuar con las grandes empresas todos los porcentajes, detalles del redactado, etc...". Unos días después del 25 de julio envía otro a su compañera, Diana Roig, en el que señala que "ha habido bastante discusión con Pastas Gallo, ya que yo preferiría no haber puesto la última frase... si acabo entre barrotes por concertación de subida de precio, espero que Bonmacor venga a salvarme". Roig intenta tranquilizarla, asegurando que "no puede pasar nada porque no tienen pruebas" y su compañera se queda algo más tranquila.
De hecho, Teresa Lara vuelve a enviarle otro mensaje 25 de julio de julio en que indica que "se ve que en Portugal la administración ha entrado de sorpresa en una empresa de pastas haciendo controles y mirando mails para ver si se reunían por el incremento de las materias primas, pero en España la Administración no es tan activa".
Sin embargo, la investigación se abre, y todo cambia radicalmente. Al tener conocimiento de las inspecciones, el 13 de septiembre de 2007 Lara responde en un correo: "Si es así... la que lo tiene peor soy yo, que ya he enviado tres notas de prensa sobre precios!!!". Ante toda esta situación, las grandes empresas, tal y como adelantó elEconomista el pasado jueves, han abandonado las asociaciones, mostrando además su extrañeza por el hecho de que no se haya multada a Bonmacor.