El Banco de España fija plazos. El regulador se ha cansado de esperar a los movimientos del sector financiero y ha puesto unas nuevas reglas del juego para la reordenación del sistema que tendrán que adoptarse antes de fin de año. La institución que gobierna Miguel Ángel Fernández Ordóñez quiere que las entidades coman las uvas con unos planes de fusión ya perfilados, según aseguran a elEconomista fuentes del sector.
¿La razón? El supervisor quiere presentarse a primeros de 2010, ante el Gobierno y las autoridades comunitarias, con una cifra lo más aproximada posible sobre el coste de la reestructuración que, básicamente, afectará a las cajas de ahorros.
Teniendo en cuenta que, a partir de ahora, la mayor parte de las operaciones de integración contarán con los recursos disponibles en el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), el Banco de España pretende saber con la mayor precisión posible las ayudas que va a tener que justificar ante Bruselas. Sobre todo, en un momento en el que algunos países integrados en la Unión Europea han comenzado a presionar para la retirada progresiva de unas ayudas que en el caso español ni si quiera se han llegado a utilizar.
Los expertos consultados por elEconomista esperan que a partir de mediados de 2010 este apoyo con recursos públicos al sector financiero comience a retirarse, con lo que las entidades radicadas en España tendrán que darse prisa para no perder la oportunidad de utilizar estos recursos para reforzarse.
En los últimos días, algunos economistas como el presidente de Analistas Financieros Internacionales (AFI), Emilio Ontiveros, han criticado públicamente la actitud del regulador sobre el manejo de los tiempos en el proceso de fusiones e integraciones en el sector de las cajas de ahorros y han pedido que actúe con mayor rapidez para que esa reordenación no se quede "a medias".
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