Como si fuera un castillo de naipes, así es como las principales inmobiliarias españolas se han ido desmoronando. La crisis del sector ante un frenazo absoluto de venta de viviendas, más una tormenta financiera, llevaron al mercado inmobiliario a entrar hace dos años en un túnel en el que todavía los expertos no vislumbran una salida.
Algunos sitúan el crack inmobiliario con el derrumbe en bolsa de Astroc, presidida por Enrique Bañuelos, que llevó a las empresas cotizadas del sector a besar casi el suelo en un mes. En cambio, otros enmarcan el inicio de ese túnel con la entrada en concurso de acreedores voluntario de una de las principales promotoras del país: Llanera.
El grupo valenciano fue el primero de una lista que se fue alargando con la evolución negativa de la economía mundial.
Cada inmobiliaria se acogió a la Ley Concursal con circunstancias particulares, pero el denominador común es que todas contaban con abultadas deudas como consecuencia de las compras de empresas o activos. La falta de ingresos por la caída de la demanda llevó a muchas de ellas a incumplir sus obligaciones financieras, lo que les obligó a solicitar el concurso de acreedores voluntario. Nozar es la última de las inmobiliarias que cierra la lista negra, pero ¿habrá más empresas del sector que entrarán en esa situación concursal? La respuesta es afirmativa para la mayoría de los expertos.
"En un mercado tan atomizado como estaba el inmobiliario residencial español y ante una caída general de ventas englobada en una recesión económica, no es descartable que aumente la cifra de empresas en situación concursal?, explicó el director general de Aguirre Newman, Ángel Serrano. No obstante, los expertos no esperan que caigan grandes empresas.
Para el socio propietario de Knight Frank, Fréderic Mangeant, es difícil que las entidades financieras se queden con más activos de las inmobiliarias, por lo que, a su juicio, dejarán vivir a aquellas que tengan un cuerpo técnico.
Las compañías con propiedades en régimen de alquiler son las que tienen más posibilidades de salvarse de esta quema, según uno de los responsables de Colliers International España, Heriberto Teruel.
Todo indica que todavía no se vislumbra una luz en el túnel, aunque hay un mayor movimiento de operaciones en el mercado que hace un año. Para Serrano, la recuperación del sector la veremos cuando la economía sea capaz de crear empleo y ello no se vislumbra al menos hasta el 2011.
Mientras tanto, las empresas que sobreviven centran sus esfuerzos en recortar gastos y realizar desinversiones para pagar deuda.