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El empresario murciano, Trinitario Casanova, aseguró a elEconomista que no tiene nada que ver con la empresa fantasma Blueprime, que se ofreció a comprar las acciones que poseía del Banco Popular pagando un 50% más que su valor en cotización.
Y explicó que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) le está utilizando como chivo expiatorio de sus propios errores, puesto que "debería haber suspendido la cotización de Banco Popular (POP.MC) a la primera señal de sospecha".
La CNMV no suspendió la cotización y las acciones, después de caer hasta los 7,1 euros, se recuperaron hasta alcanzar los 10,4 euros. Así, Casanova se defiende asegurando que el error fue del regulador de los mercados por no estar atento a lo que estaba pasando en el parqué y que es "totalmente injusto" que intente defenderse iniciando una investigación contra su persona.
Trinitario Casanova fue acusado por la CNMV de difundir información falsa sobre una posible operación de compra de acciones del Banco Popular por parte de Blueprime, una sociedad fantasma constituida en Gran Bretaña con 4.200 euros, con el fin de revalorizar los títulos y así recuperar parte del dinero invertido.
Trinitario se endeudó con el banco Fortis Bank, que financió la compra del 3,5% de las acciones del grupo bancario por 14,2 euros el título. Lo que no esperaba es que las acciones del tercer banco español bajaran hasta tal punto que Fortis empezara a reclamar los depósitos en metálico que habían acordado previo pacto.
Coincidiendo con las exigencias de Fortis, un diario económico empezó a publicar información filtrada sobre el interés de la compañía inglesa y un grupo mexicano de inversores sin identificar.
Así, la CNMV le imputa un delito de difusión de noticias falsas para aumentar la cotización de las acciones del Banco Popular. Mientras tanto, Casanova se considera una víctima más de la operación fallida de la compra de acciones del Banco Popular.