
El sistema bancario no ha sido inmune a esta crisis y la prueba la tiene el Gobierno, que ya ha identificado entre las entidades de tamaño mediano o pequeño a algunas que podrían llegar a desaparecer.
Bajo este argumento, el Ministerio de Economía llevará al Consejo de Ministros, previsiblemente mañana, el texto definitivo del Fondo de Reestructuración y Ordenación Bancaria (FROB) que advierte de "un potencial riesgo sistémico".
El documento que el Ministerio de Economía y Hacienda ha distribuido entre los grupos parlamentarios y al que ha tenido acceso elEconomista, fundamenta la constitución de este instrumento en el hecho de que los problemas de viabilidad de las entidades en su conjunto "podría llegar a generar un potencial riesgo sistémico que justifica tener previstos instrumentos adicionales y la utilización de recursos públicos".
El Gobierno centra estos riesgos en las entidades de tamaño mediano y pequeño sobre las que asegura que "hay algunas que podrían llegar a ver comprometida su viabilidad en los próximos meses". Razón por la que argumenta que de no tomar medidas se podría producir un efecto contagio, pérdida de confianza y una restricción adicional del crédito, "afectando a la capacidad del sistema financiero de cumplir sus funciones económicas y produciendo, finalmente, lo que se conoce como riesgo sistémico", advierten.
Identificado el problema, cómo se aborda. El instrumento que la ministra Elena Salgado tiene previsto llevar mañana a Moncloa, y cuyo contenido ya ha sido adelantado en su mayor parte por este diario, aboga por aplicar primero las soluciones privadas. De esta forma, se trata de minimizar el coste para el contribuyente cuando sea necesario utilizar fondos públicos, con lo que se evitaría el conocido "manguerazo", esto es, que se mantengan entidades no viables mediante recapitalizaciones generalizadas.
El documento que el Gobierno previsiblemente apruebe otorga dos funciones básicas al FROB: la gestión de los procesos de reestructuración de entidades de crédito y el reforzamiento de los recursos propios en determinados procesos de integración.
Sobre los procesos de reestructuración se proponen tres fases: la búsqueda de una solución privada por parte de la propia entidad -deberá presentar un plan de viabilidad ya sea por parte del banco o caja o de oficio por el Banco de España-; la adopción de medidas para enfrentar debilidades que puedan afectar a la viabilidad de las entidades de crédito con participación de los Fondos de Garantía Depósitos en una segunda fase y, una tercera fase, en la que se acometen los procesos de reestructuración.
La intervención
En esta última fase, se produciría la intervención. Donde se incluye como novedad, en el caso de las cajas de ahorros, que si el FROB adquiriere cuotas participativas se dotaría de unos derechos políticos que, en ningún caso, se llegarían a transmitir. Con lo que se cerraría, de este modo, la puerta de entrada a los bancos en las cajas de ahorros.
Sin embargo, el texto elaborado por el Gobierno no concreta ni los plazos, ni los tiempos de entrada y salida en cada una de las fases previstas por el Fondo.