En la actualidad, nuestra Sociedad de la Información está inmersa en un viaje hacia un mundo en el que, con toda probabilidad, los sistemas y aplicaciones formarán parte de una red transparente de servicios, que permitirán que la información se propague sobre ellos para ser aprovechada de nuevas maneras que no somos capaces de predecir.
Para garantizar que logramos capturar los beneficios fundamentales para ciudadanos y empresas, tanto en el ámbito económico - incrementando la productividad y la competitividad- como en el social -reduciendo las diferencias sociales para contribuir a un mayor bienestar-, las tecnologías deben ser capaces de integrar los activos de información - en constante crecimiento, y en demasiadas ocasiones, aislados- de un modo transparente e intuitivo, es decir, que puedan interoperar.
Y es que el sueño de poder compartir la información de forma universal, -independientemente de la tecnología que soporte su almacenamiento, procesamiento o distribución -, ha acompañado a la evolución del hombre y al desarrollo de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) desde sus propios inicios. Pensemos por un momento en la creación de la escritura y el propio alfabeto, pasando por los sistemas de numeración o de medición del tiempo, hasta la invención de la imprenta para difundir esos conocimientos o los protocolos que actualmente hacen posible la comunicación en Internet. El objetivo ha sido y será siempre el mismo: comunicar, dialogar y entenderse.
Si bien la interoperabilidad puede tener significados diferentes dependiendo del contexto, en el área de las Tecnologías de la Información (TI) el término generalmente es entendido como 'la capacidad de diferentes productos y servicios de TI para intercambiar y usar datos e información ( decir "hablar") con el objetivo de funcionar juntos en un entorno conectado en red'. Es decir, en su acepción más simple, la interoperabilidad trata de asegurar que los sistemas trabajen juntos.
Así pues, los sistemas y aplicaciones podrían formar parte de una red transparente de servicios basados en soluciones de interoperabilidad prácticas, útiles y fiables, que transmitan la información de manera eficiente rentable. Y esto sólo es posible respetando la propia evolución de las TIC: la innovación genera productos que satisfacen las demandas de los consumidores, generan riqueza y supone un retorno de la inversión tanto para los clientes que los adquieren como para los fabricantes, que pueden seguir investigando para dar otra vuelta al círculo del progreso.
La interoperabilidad entendida generalmente como 'la capacidad diferentes productos servicios de TI para intercambiar y usar datos e información con objetivo de funcionar juntos en un entorno conectado en red'.