BANKINTER
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Heredó las riendas de Bankinter en 1986 y en 2004 se desligó del grupo para 'vivir la vida'
El 25 de julio de 2004 fue el punto y aparte. Jaime Botín cortó el último hilo del cordón umbilical que le ató 44 años a la cúpula del Santander. El grupo que presidió su abuelo, su padre y hermano Emilio, y donde él era vicepresidente.
La inesperada renuncia, justo el atípico domingo que el banco realizó la mayor apuesta y fue a por todas en el Reino Unido, despertó infinitos interrogantes y las más ácidas especulaciones. Circuló un supuesto desplante de Jaime por radical desacuerdo con la compra de Abbey, al estimar -se le atribuyó- que exponía a un riesgo impredecible el timón del grupo en manos de los Botín. ¿Jaime y Emilio enfrentados? "Imposible. Se adoran y Jaime siempre auxilia a su hermano cuando se lo pide", afirman allegados al ex financiero. ¿Entonces? "Quería disfrutar de la vida y le fastidiaban las innumerables reuniones del banco".
Estudiante de filosofía
Jaime Botín es el rara avis de la banca. Entregado a la vida y con una avidez por el saber envidiable, se matriculó en Letras. No satisfecho con ser licenciado en Derecho y Económicas, estudia filosofía pura a punto de cumplir 70 años.
Y para despejar la mente utiliza la herramienta de los filósofos: devora tratados de matemática y física cuántica. "Su ambición -dicen- es cero". Con un patrimonio más que holgado para despreocuparse del día a día, codicia ocupar el tiempo en la finca de Sotogrande junto a su segunda mujer, Adela Bermúdez; jugando al golf o cazando con amigos de siempre, como Juan Abelló.
Enemigo de multitudes, discreto y tímido hasta la exasperación de antiguos colaboradores de comunicación que no lograron persuadirle ni para posar en fotos, se embarca largos meses en su velero Adix -apelativo de Adela-.
Y ¿cómo se concilia esta forma de entender la vida con un puesto tan exigente como el de banquero?
Narran que cuando su padre repartió en 1986 el imperio bancario entre los dos hijos, Jaime eligió Bankinter con la condición de preservarlo a salvo del grupo.
La verdadera sorpresa la dio en 2002, al ceder la presidencia a Juan Arena, que guiaba la nave desde hacía tiempo, mientras Jaime se embarcaba en la mar. Sin levantar sospechas, aquel 20 de marzo presentó en junta a los accionistas "la mejor cuenta de la banca española", fruto del "capital intelectual". Horas después se supo su salida. Con sigilo, rehuyó flashes, evitó el aplauso y salvaguardó otra vez su inescrutable intimidad.
Vigilando Bankinter
¿Y sigue vinculado al Santander? "Se lo suplica su hermano", aseguran. Recala en la vicepresidencia para resolver el relevo si los juicios abiertos obligan a Emilio a dimitir. Pasa el tiempo y su cargo le impide rehuir las reuniones, hasta el domingo de julio que decide salir.
Pero vigila de cerca a Bankinter, donde cada día es más poderoso en liza con Ram Bhavnani. Jaime Botín tiene un 16,3 por ciento y vía libre para llegar al 20. En sus manos está la llave del futuro del banco. La pregunta es: ¿la usará?