Empresas y finanzas

Las condiciones para que Telefónica compre Canal+ amenazan a Prisa

El futuro del grupo depende de que la 'teleco' acepte las cláusulas de la CNMC.

La viabilidad financiera del grupo Prisa depende directamente de que las condiciones de la compra de Distribuidora de Televisión Digital (DTS o Canal+) sean asumibles por parte de Telefónica. Y ahora mismo, las cosas están muy confusas. Según ha sabido elEconomista, de fuentes conocedoras de la situación, la compañía de telecomunicaciones no parece dispuesta a asumir los requisitos planteados por la Comisión Nacional de los Mercados de la Competencia (CNMC) para dar luz verde a la compra de Canal+ ya que están excesivamente alejados de sus expectativas.

El organismo quiere que Telefónica comparta sus contenidos con las demás telecos con una oferta mayorista ajustada a costes, un extremo que la filial que preside Luis Miguel Gilpérez, en principio, rechaza de plano. El tira y afloja se mantendrá durante los próximos meses, pero el pesimismo se extiende entre los protagonistas de la operación.

El gran perdedor en el supuesto de que el regulador prohiba la compra -o la apruebe con condiciones inaceptables por Telefónica- será Prisa. El grupo de comunicación se juega poco menos que la vida en la partida. No sólo está en juego la inyección de 750 millones de euros en las arcas de la compañía que preside Juan Luis Cebrián, sino también los efectos directos que en el ámbito financiero supondría el fracaso de la venta del 56 por ciento de DTS.

El regulador no lo pondrá fácil. En primera instancia, en noviembre de 2014, la CNMC rechazó la compra sin condiciones. Esa decisión dio paso a una segunda fase, que se puede alargar hasta mayo, en la que los técnicos de competencia analizan bajo lupa todos los vericuetos de la operación y barajan obligar a Telefónica a compartir gran parte de sus contenidos. Sólo de esa forma, Orange y Vodafone podrían competir en un mercado convergente en el que las telecomunicaciones y la televisión conforman el mismo negocio.

Si las condiciones impuestas por Competencia son muy duras para Telefónica puede no compensarle cerrar la compra de la plataforma de pago de Prisa, ya que el activo no deja de perder valor y no resulta vital para la estrategia de Telefónica, comentan los analistas del sector consultados por elEconomista. No en vano, en los últimos meses Movistar TV ha visto crecer sus abonados y contenidos mientras la filial de Prisa pierde clientes y aumenta las pérdidas (ver gráfico). "Canal + es un buen complemento para Telefónica, pero no es necesario y no genera unas sinergias muy elevadas. La teleco no vería muy alterados sus planes de ofrecer cuadruple play si no compra Canal + y además se ahorraría 750 millones, que le viene bien. En cambio, la retirada de Telefónica supone un duro revés para Prisa, que necesita los fondos para reducir su elevada deuda", explica Andrés Bolumburu, analista de Banco Sabadell.

Problemas para pagar

El grupo que preside Juan Luis Cebrián necesita los 750 millones de euros de la venta de Canal + para cumplir con lo hitos de devolución de deuda establecidos en la última refinanciación de su elevado endeudamiento de 3.301 millones de euros.

Prisa tiene que devolver a los bancos y fondos buitre 900 millones en 2015 y 600 millones en 2016. El grupo ya tiene casi cubierto el primer compromiso de pago, puesto que en 2014 recompró deuda con descuento por 776 millones de euros, tras vender un 13,63 por ciento de Mediaset, los sellos literarios de Santillana y cerrar una ampliación de capital de 100 millones de euros ,que dio entrada al magnate mexicano Roberto Alcántara Rojas en su accionariado.

La venta de Canal+, que se estableció como una de las condiciones para cerrar la última refinanciación, es esencial para cubrir el resto de la deuda pendiente y recomprar pasivo de cara a 2016. Si la operación no llega a buen a puerto y Prisa no puede cumplir con sus compromisos, los bancos y fondos pueden ejecutar la Ser, El País, parte de Santillana y Mediacapital, los activos pignorados para garantizar el cobro de la deuda. Pese a las dudas, Prisa está convencida de que la venta se cerrará "sin problemas".

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