La prima de España 'empata' con la de Italia en los 311 puntos básicos.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, despertó ayer a la deuda pública española del placentero relax del que gozaba desde el miércoles gracias al préstamo de 530.000 millones de euros que el Banco Central Europeo (BCE) concedió a la banca. El anuncio de que el objetivo de déficit público para 2012 se sitúa en el 5,8 por ciento, por encima del 4,4 por ciento anterior, alteró el pulso de los inversores. El cambio no fue dramático, pero sí tuvo mucho de simbólico. Sobre todo, porque los inversores pasaron a vender bonos españoles... mientras, en paralelo, continuaban comprando títulos italianos.
Como consecuencia, el rendimiento de los bonos españoles repuntó del 4,87 al 4,90 por ciento -la rentabilidad sube cuando el precio de los títulos baja-. Por el contrario, el de los italianos se moderó del 4,95 al 4,90 por ciento. Esta contrapuesta tendencia deparó, por tanto, que ambos se equilibraran, algo que no sucedía desde agosto de 2011, aunque en diversos momentos de la sesión el bono español llegó a registrar una rentabilidad superior que la del transalpino. El empate entre los rendimientos de los bonos se trasladó, lógicamente, a sus respectivas primas de riesgo, es decir, el interés adicional que les exige el mercado con respecto a los bonos alemanes a 10 años. Ayer, esa brecha se situó en los 311 puntos básicos.
Vuelco semanal
Este emparejamiento fue la puntilla de una semana en la que se ha producido un vuelco notable en la percepción que el mercado tiene con respecto a las deudas de España e Italia. Mentras que una semana antes el rendimiento de los bonos españoles a dos, tres y cinco años era inferior que el de los italianos, en las últimas jornadas la situación ha dado la vuelta por completo. En el caso de los bonos a dos años, mientras el de España se encuentra en el 2,24 por ciento, el de Italia está en el 1,74 por ciento.