
Las amenazas que se proyectan sobre la seguridad corporativa van en aumento. Destaca el crecimiento de los llamados ataques maliciosos (malware) y del spam, los que más han crecido en 2013. En España, hasta un 71% de las empresas se han visto afectadas por algún tipo de malware, que constituye la principal amenaza de seguridad corporativa, seguidos de los ataques de spam y de phishing, según datos de Kaspersky.
Las pymes los sufren más que las grandes. De hecho, seis de cada diez pymes sufrieron algún ataque de este tipo el pasado año; además, están menos concienciadas ante el riesgo que supone un ataque malware y la falta de protección. Sólo un 25% de las pequeñas y medianas empresas invierte en seguridad TI de forma proactiva, mientras el 19% de las pequeñas empresas y el 15% de las medianas se muestra reactiva, es decir, sólo toman medidas de seguridad cuando han sido víctimas de un ataque.
Pagar por productos
La mitad de las grandes empresas pagan por los productos que les permiten mantener su seguridad TI, mientras el 70% de las pequeñas empresas y el 58% de las medianas opta por los productos sin licencia para conseguir protección.
El mundo digital y la movilidad están cambiando el escenario tradicional de las empresas y los servicios de seguridad tienen que adaptarse rápidamente a este nuevo entorno. Con el paso del tiempo las amenazas a las que están sometidas las compañías han evolucionado hacia combinaciones de ataques de red junto con ataques de contenido.