
Entre las aplicaciones móviles más populares siempre están los juegos. En concreto, el 40% de las aplicaciones descargadas y el 90% de los ingresos de Google Play provienen de los juegos. En concreto, solo en España el sector facturó 90 millones de euros, según la Asociación Española de Videojuegos.
En este contexto, el sector se ha convertido en un nicho de negocio para los emprendedores españoles. La mayoría se ubican en Barcelona, mientras los más destacados dan el salto a Silicon Valley o venden sus ideas a grandes multinacionales, demostrando que España es un país con talento para el desarrollo de los videojuegos.
Ramón Egido, fundador de Syncrom Entertainment, es uno de esos elegidos. Asegura haber recibido ofertas por algunos de sus juegos. Egido, apasionado de los videojuegos, decidió emprender en este campo compaginándolo con su trabajo. La segunda aplicación que lanzó fue Acertijos y adivinanzas, que superó las 445.000 descargas.
Tras el éxito comenzó a dedicarse al 100% a desarrollar videojuegos, apostando por una fórmula novedosa en el sector: sus juegos serían solo para Android, y no se limitaría a alimentar su éxito con Acertijos y Adivinanzas, sino que crearía nuevos juegos.
"Cuento con más de 80 aplicaciones, la mayoría juegos educativos para un público de menos de 5 años", explica Egido. "Mi inspiración son mis hijos, y me baso en sus comportamientos y necesidades para idear nuevas apps", confiesa.
Según el experto, en España hay muy buenos programadores de videojuegos, aunque son muchos los que se van a los grandes estudios de EEUU. "El éxito de un juego depende en gran parte de la suerte, de que el juego llegue a las personas a las que les gustaría jugar", advierte. "Puedes hacer el mejor juego de la historia, pero si no llegas al público adecuado, no servirá de nada. El éxito lo produce que se descargue masivamente, y que se use.
En el lado negativo de entrar en el sector de los videojuegos, señala la alta competitividad. Lo más complicado, apunta, es promocionar los juegos, ya que es muy caro y cuesta mucho encontrar financiación en España.