
El presidente de EEUU, Barack Obama, busca atraer a inmigrantes con talento. Por ello, trabaja en una norma que permita entregar visados de trabajo, que permiten trabajar en Estados Unidos temporalmente, a emprendedores que tengan start-ups prometedoras.
El pasado 30 de enero, un representante de la Casa Blanca se reunió en Palo Alto con inversores y emprendedores, en las que les anunciaron que Obama aprobaría posiblemente una orden ejecutiva que permita a los emprendedores extranjeros con potencial obtener la famosa visa verde temporal. La medida formaría parte de la amplia reforma migratoria en la que trabaja la Casa Blanca, pero podría promulgarse aisladamente este año.
"Si captas 200.000 dólares de un inversor estadounidense, el emprendedor extranjero recibirá una visa de dos años para desarrollar la iniciativa empresarial en Estados Unidos", declaró a Forbes Adeo Ressi, fundador de la incubadora internacional Founder Institute, y que participó en la reunión con el representante de la Casa Blanca. En el caso de que la start-up captase una inversión de más de 750.000 dólares, la tarjeta verde sería permanente, según Ressi.
Atraer a empresarios extranjeros
En caso de llevarse a cabo las medidas anunciadas por Ressi, la llegada de empresarios extranjeros con respaldo financiero se dispararía, huyendo de las "políticas de apoyo menos ventajosas y de la escasez de talento en sus países de origen". La esperanza para dichos países sería lograr que dichas empresas mantuviesen en su sede original las oficinas de I+D, como hacen muchos emprendedores de Israel.
Vanessa Cherenfant, una emprededora cuya start-up tiene la sede en Montreal (Canadá), y que estuvo presente en la reunión del 30 de enero en Palo Alto, mostró su optimismo por las propuestas escuchadas. "El objetivo de muchos de nosotros es dar el salto a EEUU, donde hay más capital y más apoyo a las start-ups", aseguró a Forbes.
En la misma línea se manifiesta Athanasios T. Ladopoulos, un griego que dirige una plataforma de educación personal, que considera que EEUU está por delante de Europa en tecnología y formación, convirtiéndose en un gran mercado. "Tenemos que estar allí", defiende.
No todas las voces son positivas. Marissa Di Pasquale, fundadora de Chastivity, con sede en Australia, advierte que conseguir atraer a inversores no es una garantía de éxito.