
Rodríguez Zapatero es obstinado y no quiso flexibilizar su posición. Y el espectáculo ha situado al PSOE en un territorio cercano al ridículo: cuando se aproximaba el comité federal de hoy, en que podía haberse abierto una descabellada confrontación entre Chacón y Rubalcaba.
González había avisado reiteradamente de que las circunstancias excepcionales en que se encuentra el PSOE, agravadas por la débacle del 22-M, hacían necesario resolver la sucesión de Rodríguez Zapatero en la candidatura socialista a la presidencia del Gobierno por medios directos y rápidos, es decir, por decisión de los órganos de dirección del partido, y no mediante un premioso proceso de primarias, que la gente no entendería en momentos de seria adversidad en que la atención de los políticos debe volcarse en la crisis económica.
Alfonso Guerra, conocido enemigo de la institución de las primarias, que son a su juicio un invento norteamericano que no se adapta a nuestro modelo parlamentario, secundó la idea.
Pero Rodríguez Zapatero es obstinado y no quiso flexibilizar su posición. Y el espectáculo ha situado al PSOE en un territorio cercano al ridículo: cuando se aproximaba el comité federal de hoy, en que podía haberse abierto una descabellada confrontación entre Chacón y Rubalcaba ?la ministra de Defensa frente a su Vicepresidente-, Patxi López, en nombre de varios 'barones', lanzaba la carga de profundidad de la propuesta de un Congreso, que representaba una desautorización de Zapatero y era desactivada por el procedimiento de neutralizar a Chacón.
Y por si hubiera dudas, Zapatero, que había predicado la exquisita neutralidad del aparato en las primarias, impulsaba personalmente ayer la candidatura de Rubalcaba para que no se torciese de nuevo. Se podrá mantener verbalmente la liturgia de las primarias pero a estas alturas la pertinacia en el error está irritando a todos y amenaza con dejar renqueante al candidato.
Rubalcaba hablará en unos minutos, y entonces conoceremos su disposición y sus condiciones. En ese punto cumplirá analizar en conjunto el aspecto global de un nuevo error estratégico del partido teóricamente mayoritario.