Elecciones Autonómicas 2011

Patxi López pone el dedo en la llaga: el PSOE necesita un Congreso

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Foto: Archivo

José Blanco, al referirse a las 'primarias' y en la misma intervención en la que ha dicho que no quiere "pactos entre bambalinas", ha afirmado que "ahora toca definir el proyecto político con que concurrir a las elecciones", para lo cual "hace falta un profundo debate en torno al programa electoral".

Evidentemente, el lehendakari Patxi López le ha cogido la palabra y así lo ha manifestado en la rueda de prensa de esta tarde. Las necesidades enunciadas por Blanco no se cubren mediante la simple convocatoria de primarias, a cuyo término quedaría una difusa bicefalia hasta que, supuestamente después de las elecciones generales, se celebrara un tardío congreso de renovación.

Lo razonable es celebrar el congreso ahora, y preferentemente un congreso ordinario, que debería estatutariamente renovar el programa, la Ejecutiva y el liderazgo. El anterior Congreso, el 37, se celebró entre el 4 y el 6 de julio de 2008, por lo que partir del 7 de julio de este año ya puede tener lugar el siguiente de carácter también ordinario, tres años después.

Por el cambio de Zapatero

Es evidente que la causa principal de desafección del electorado socialista ha de buscarse en el irremediable cambio de opinión de Rodríguez Zapatero, quien, en mayo del año pasado, tuvo que anunciar un colosal ajuste después de haber negado reiteradamente que estuviese dispuesto a emprender aquel camino de austeridad. No se trata de discutir la pertinencia de aquel sacrificio, una verdadera inmolación personal, sino de reconstruir un nuevo discurso que permita al centro-izquierda recomponer la figura y marcar nuevos objetivos con un cierto grado de coherencia interna en el discurso. Y para ello se requiere un gran cónclave que perfile el nuevo ideario y que ponga a su frente a las personas que formalicen materialmente la renovación.

Dicho Congreso unificaría además la secretaría general y la candidatura a la presidencia del Gobierno, de forma que Rodríguez Zapatero, expresamente deseoso de retirarse, mantendría la presidencia del Gobierno hasta la formación de un nuevo Ejecutivo, pero ya sin ostentar la secretaría general. Es claro que este proceso es mucho más creíble que una simple convocatoria de primarias, sin alterar los equilibrios internos de la organización.

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