Editoriales

El paro marca un antes y un después

La crisis nos ha dejado dos lecciones. Que nada volverá a ser como antes y que sin empleo y sin crédito no habrá recuperación. La primera parece clara, y la segunda, va por el camino. Hay algunos indicios (pequeños todavía) de que los bancos vuelven a dar dinero y la Encuesta de Población Activa del segundo trimestre del año ha batido récord de datos positivos que nos hacen creer que hay un antes y un después. El primer titular que nos deja la EPA es que el paro baja en 424.500 en un año, el mayor descenso del siglo. Pero hay más: la tasa de desempleo baja de la barrera psicológica del 25% y se crea empleo en tasa interanual por primera vez en seis años.

Destaca también que por primera vez crece la población activa y, menos en agricultura (tarea pendiente del Gobierno), hasta la construcción e industria crean trabajo. Este goteo de buenas noticias permite al Ejecutivo sacar pecho de cara a la reforma fiscal que previsiblemente se apruebe hoy. Según Rajoy, "llevo desde que llegué a la Moncloa esperando dar esta noticia sobre empleo". Lo espera él y los esperan los más de cinco millones de parados (un millón de larga duración) que no trabajan.

Sin quitar mérito al dato, no se puede obviar que el paro sigue siendo un problema para la recuperación económica y que las bases del crecimiento actual no son lo firmes que debieran, porque el Gobierno no ha hecho todavía los ajustes necesarios. Es preciso dar una vuelta de tuerca a la reforma laboral con bajadas de cotizaciones que incentiven la contratación o la reducción al mínimo del número de contratos existentes. Ello sin olvidar que una mejora basada en empleos parciales o de mala calidad no son los cimientos adecuados para crecer.

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