
El Alto Comisionado de Marca España, Carlos Espinosa de los Monteros, ha utilizado el nombre del Gobierno para crear una fundación privada a costa de las grandes empresas del Ibex 35. Espinosa de los Monteros, aprovechando (y abusando) de la Marca España, se ha puesto en contacto con los representantes de los sectores de la banca (Banco Santander, BBVA, Banco Popular y Caixabank); de la energía (Endesa e Iberdrola) y del consumo (Zara). Esto es lo que se dice en la carta enviada a las empresas.
El Alto Comisionado ha pedido a estos y otros empresarios 200.000 euros a cada uno para crear un nuevo organismo que será 100 por ciento privado, pero "auspiciado por el Gobierno". Pero con muy buen criterio, y hartas de dobles organismos para idénticos cometidos, algunas empresas se han negado a entrar en este juego.
Espinosa maquilla de fundación un organismo cuyo único objetivo es muy discutible, pues ya hay departamentos, como el propio comisionado, para la promoción exterior. Esta argucia del Alto Comisionado ha enfrentado a una parte del Gobierno, que no entiende que se cree otro organismo en plena época de ajustes. Es la derivada de la Marca España, un invento de José Manuel García Margallo que dio a su presidente rango de secretario de Estado sin sueldo y con cargo a Presidencia.
Sin embargo, este nuevo ente parece dirigido a que Carlos Espinosa se compense por los servicios prestados, a costa de crear un círculo vicioso de favores y obligaciones, siempre con el dinero que ponen terceros -bien sea el Estado o las empresas- y utilizando el nombre y la influencia política. No se pueden duplicar funciones en un momento en que el Estado debe esforzarse en perder tamaño.