Editoriales

Editorial: Coca-Cola no juega limpio

La chispa de la vida está perdiendo gas. La marca Coca-Cola está estropeando la buena fama que se ha ganado a lo largo de los años por culpa de la mala gestión que está realizando la empresa en la ejecución del ERE de la embotelladora. La Inspección de Trabajo ha abierto una investigación para esclarecer si la multinacional ha firmado un acuerdo con Eulen, una empresa de trabajo temporal, para disponer en pleno expediente de empleados eventuales. Una sospecha fundada ya que un informe anterior confirma que Coca-Cola Iberian Partners ya contrató a 170 trabajadores temporales y realizó 40 contratos indefinidos durante el período de procedimiento del despido colectivo sobre todo en las embotelladoras de Cobega, Colebega y Norbega.

Todo ello mientras se daba de baja a 154 trabajadores entre el 24 de enero y el 14 de marzo. Además, en la planta de Fuenlabrada, en Madrid, sigue habiendo carretilleros con contrato fijo completamente desocupados a la espera de recibir la carta de despido o de traslado a otra planta.

Día tras día, Coca-Cola va sumando irregularidades en la ejecución de un ERE cuya razón última no se entiende, ya que la empresa tiene un elevado nivel de rentabilidad. Falta por conocer el veredicto de la Inspección de Trabajo, pero este tipo de acciones inusuales abren el camino para que los tribunales declaren nulo el ERE. Resulta incomprensible la actitud de la empresa en este conflicto, en el que está adoptando decisiones que al final van en contra del fin que persigue. Este tipo de acciones solo entorpecen el crecimiento de la marca Coca-Cola, que no es de la embotelladora, en uno de los países donde más se consume.

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