La reducción del déficit de tarifa que conlleva la reforma energética va a tener un duro impacto sobre la industria, que también sufrirá un incremento del recibo de la luz desde agosto. Alrededor de 20.000 grupos industriales con tarifas de alta tensión verán cómo los peajes -la parte fija por la que se determina el precio- experimentarán un incremento del 8%. Esto trasladado al cómputo final supone un 2,6%. Será lo mínimo que suba la luz para la industria en el caso de que también aumente la parte variable que conforma el recibo (el precio que fija el mercado mayorista de electricidad denominado pool). El problema es más grave para las pymes que contratan una potencia media. En este caso los incrementos del peaje pueden alcanzar el 200%, según la propuesta de Orden de tarifas para elevar el recibo de forma extraordinaria en agosto.
El objetivo que persigue la reforma de taponar el déficit de tarifa es importante, pero conforme se va conociendo la forma en que se conseguirá, suscita algunas dudas. Con la subida de la parte fija del recibo se persigue penalizar a las segundas residencias y los pisos vacíos. Aún cuando la parte variable puede mejorar la factura a pagar, la subida del peaje conlleva una penalización para la industria y, sobre todo para las pymes, que con toda probabilidad no tendrán más remedio que trasladarlo a los consumidores. De igual forma las tecnologías del sector que se sientan más afectadas por los recortes harán lo propio con sus clientes. Es preciso que Industria vigile el impacto sobre la actividad económica de estas subidas, que pueden no ser las últimas este año, para evitar que un recorte muy acelerado tenga consecuencias nefastas sobre la economía.