Los problemas en Egipto y Turquía, dos de los principales destinos turísticos del Mediterráneo, pueden hacer que España registre un año récord y supere los 58,7 millones de visitantes del ejercicio 2007. Este sector puntero de la economía ha sorteado la crisis gracias al turismo extranjero, que opta por las costas españolas ante la inestabilidad de nuestros principales competidores. Los empresarios manifiestan un moderado optimismo, pues creen que este flujo compensará la caída del turismo nacional. El sector debe poner el acento en diversificar destinos y mejorar la calidad para aprovechar esta coyuntura favorable. Cuando nuestros competidores se recuperen debemos estar en disposición de competir en algo más que en precio y estabilidad política.