Economía

Cómo abordar el déficit de la Seguridad Social: ¿desequilibrio conyuntural o perpetuo?

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El primer paso para poder culminar una reforma del sistema de pensiones pasa por reconocer los problemas y debilidades que aqueja la Seguridad Social. Y parece que éste también es el primer punto de discrepancia, lo que deja un amplio terreno para la división sobre cómo actuar al respecto, y que se ha visto reflejada en las reuniones periódicas del Pacto de Toledo.

El desfase de gastos e ingresos asola la caja de la Seguridad Social año tras año desde el inicio de la crisis, y las previsiones, teniendo en cuenta la evolución demográfica y del empleo, apuntan a un déficit prolongado en los próximos años. Sin embargo, existen diferencias a la hora de analizar si esta situación es coyuntural, es decir, responde a los desequilibrios producidos durante un periodo determinado del ciclo económico, o estructural, lo que implicaría que la diferencia negativa entre los gastos e ingresos se prolongará año tras año.

Sin embargo, de una forma u otra parece que todos los expertos consultados por elEconomista Pensiones coinciden en la complejidad de solventar tamaña empresa y en que las vías de actuación afectan tanto por el lado del gasto como de los ingresos. El investigador de la Universidad Essex, Javier Santacruz, aproxima las claves del debate. Según el profesor, de los 18.000 millones de déficit que registró la tesorería de la Seguridad Social en 2017, al menos entre 3.000 y 4.000 millones responden a desequilibrios coyunturales derivados de la subida puntual de algunas pensiones y de la incorporación de bonificaciones, mientras que el resto es estructural. Así, según Santacruz, el grueso del déficit se debe a "la diferencia entre lo que crece el gasto en pensiones en términos medios y lo que crecen las cotizaciones a lo largo del ciclo económico", que se ha situado por debajo del 3% del alza medio en la cuantía de las pensiones.

En este sentido, el asentamiento del déficit se debe a "una tasa de paro que está en el 16%, y una masa salarial más baja y que hace 10 años era del 8%, y la segunda cosa es que hoy hay en torno a 1 millón de pensionistas más que ese año", explica Santacruz.

También coincide en la coexistencia entre lo coyuntural y estructural en el desfase de ingresos y gastos del sistema el secretario general de la Organización de Consultores de Pensiones (Ocopen), Manuel Álvarez, quien advierte de una situación coyuntural derivada de los cambios del mercado laboral y la incorporación de subvenciones y garantías para facilitar el acceso de estos a la Seguridad Social sin coste para el empresario, lo cual "ha debilitado mucho la capacidad de reacción del sistema", pero que tornaría con una recuperación del empleo.

Sin embargo, el secretario general de Ocopen señala que existe un problema de marcado carácter estructural. Si nos cuestionamos cuánto cotiza el contribuyente medio a lo largo de su vida y cuánto va a recuperar en términos de prestaciones, "nos damos cuenta que la Seguridad Social está ofreciendo prestaciones de duro y recibiendo aportaciones de cuatro pesetas".

"En este sentido, hay un factor estructural que solo se puede resolver con equilibrio estructural, ver del empleado medio cuánto aporta al sistema, cuánto recupera y ponerlo en equilibrio, que a pesar de los ciclos habría un razonable equilibrio en el largo plazo", explica Álvarez.

Por su parte, la secretaria de Políticas Sociales, Empleo y Seguridad Social de UGT, Mari Carmen Barrera, explica que el déficit solo es estructural por la dinámica generada con la reforma laboral de 2012 y la del sistema de pensiones de 2013, que "han cambiado los parámetros regulatorios del sistema", asentando el déficit. De hecho, Barrera explica que el déficit coyuntural para pagar las pensiones del baby boom ya estaba previsto y que para solventar este desequilibrio los sindicatos llevan tiempo pidiendo que se sufrague el gasto con Presupuestos Generales, ya que a partir de 2050 las proyecciones de los expertos vaticinan un saneamiento de las cuentas del sistema.

"Las medidas son muy complejas porque, con la evolución demográfica que tenemos, no se arregla por mucha gente que entre al mercado de trabajo"

Por otro lado, quienes piensan que el déficit es de naturaleza estructural, como el presidente de la comisión financiera del Consejo General de Economistas, Antonio Pedraza, ven complicada la solución. "Las medidas son muy complejas porque, con la evolución demográfica que tenemos, no se arregla por mucha gente que entre, dentro de las previsiones, al mercado de trabajo", explica. Una visión compartida por el profesor del FEF, Miguel Ángel Bernal, quien asegura que "con la pirámide demográfica actual todo el empleo que está llegando es bienvenido, pero incapaz de suplir la destrucción que ha habido". Así, Pedraza apunta a una cobertura del déficit a través de un gravamen que no afectase al consumo de forma radical, ya que si lo hace "dañaría el crecimiento y el empleo", mientras que Bernal valora la posibilidad de financiar las pensiones directamente con impuestos como ya ocurre en Francia.

En esta línea se muestra el director ejecutivo de Fedea, Ángel de la Fuente: "Quitaría las bonificaciones a las cotizaciones y similares, y buscaría formas de contener el gasto", propone, toda vez que "la economía española ya ha salido de la recesión y no debe estar lejos de una posición cíclica neutral", con lo que el déficit sería claramente estructural.

A su vez, la secretaria general del Instituto de Estudios Económicos, Almudena Semur, aclara que se precisan reformas estructurales como aumentar la proporcionalidad del sistema entre contribuciones efectuadas durante la vida laboral y las pensiones recibidas, elevar la edad de jubilación e incentivar la compatibilidad entre el alargamiento de la vida laboral y el cobro de la pensión. Además, pide "incentivar los sistemas de pensiones promovidos por las empresas y que estén orientados a generar ahorro".

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