
Atenas vuelve a arrancar las negociaciones con la troika, cuya misión que representa a los acreedores internacionales llegó a la capital griega para iniciar la tercera revisión del tercer rescate del país.
A pesar de que el arranque de los encuentros tuvo lugar entre las preocupaciones de que la mayor parte de las denominadas acciones previas aún no se han completado, las primeras reuniones ya han dado sus frutos positivos. Los dos puntos críticos de las negociaciones son por un lado el Presupuesto del año 2018, y por otro, el logro de los superávits primarios previstos, tanto para el año 2017 como para el siguiente.
Y en este sentido, la delegación de los acreedores ha hecho público su acuerdo con las cifras presupuestarias básicas, aceptando en particular que en 2017 se logrará un superávit primario del 2,8 por ciento del PIB. Esta cifra se encuentra 1,05 puntos por encima del objetivo de un superávit del 1,75 por ciento, establecido previamente en los acuerdos del verano pasado entre Atenas y sus acreedores internacionales.
Dividendo social
Este logro deja espacio suficiente para distribuir una cantidad de unos 800 millones de euros como dividendo social, que es el deseo del Gobierno de Alexis Tsipras, mientras que por otro lado permite contar con una "almohada de seguridad" de 0,45 por ciento para absorber posibles ajustes negativos que se pudiesen anunciar en el futuro. Cabe señalar, que tanto Eurostat como también la Autoridad de Estadísticas helena anunciarán sus datos en abril de 2018, y ajustes en un 0,3 por ciento, sea a la alta o la baja, no son poco probables.
También hay acuerdo en cuanto a alcanzar el objetivo de superávit primario correspondiente para el 2018, año para el cual hay una previsión de superávit del 3,5 por ciento del PIB.
La única objeción planteada por la delegación de los acreedores internacionales se centra en una brecha presupuestaria de unos 150 a 200 millones de euros, una cantidad que las autoridades griegas afirman que es absolutamente manejable. Un desacuerdo que viene de las asignaciones familiares, en el que los acreedores insisten en aplicar el informe correspondiente del Banco Mundial, concretamente para abolir un bono de 500 euros distribuido a familias numerosas, un asunto que se volverá a debatir durante las siguientes reuniones.
La decisión de Grecia de firmar un acuerdo con los Estados Unidos para actualizar su flota de aviones de combate F-16 es otro dolor de cabeza para los prestamistas, ya que aún no está claro cuál será su impacto en el Presupuesto.
Temprana revisión del rescate
Para Grecia es sustancial que esta revisión del rescate griego no puede alargarse demasiado. Una revisión prolongada hasta el mes de febrero, o incluso más, es seguro que generará diversos conflictos con las instituciones de la troika. El gobierno de Tsipras se empeña en dejar claro que una prolongación de la revisión se traduciría como una señal a los inversores de que el país carece de la voluntad de seguir con las reformas necesarias y mantenerse en un camino viable, mientras que la falta de confianza sacudirá la frágil economía griega. Por otro lado, también se perderá valioso tiempo para abrir el debate sobre la reestructuración de la deuda del país, que se espera que comience en primavera del 2018. Al fin y al cabo, en la primera mitad de 2018 se juzgará el futuro del país, la salida definitiva del programa del rescate y las necesidades reales de medidas adicionales.
En las buenas noticias de esta semana para Atenas, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM) acaba de aprobar el desembolso de la dosis de 800 millones de euros para Grecia. Esta cantidad forma parte de la conclusión de la segunda revisión del rescate griego, que tuvo lugar en el verano pasado, y es una parte de la cuota total de 8.500 millones de euros. Se espera que el desembolso de esta cantidad se haga efectivo de forma inmediata, y el Gobierno heleno plantea usarla para pagar deudas del Estado pendientes, agregándole también los fondos nacionales correspondientes.
Con el desembolso de este monto, el total de ayudas presupuestarias europeas hacia Grecia asciende a los 182.000 millones de euros. Unos 40.200 millones provienen del tercer rescate, que es el actual en marcha, que asciende a un total de 86.000 millones de euros y que expira en el mes de agosto de 2018.
La deuda, en el 175% del PIB
Por último, cabe destacar los datos más recientes sobre la deuda soberana del país, según Eurostat. De acuerdo con las cifras oficiales, la deuda pública griega ha rebajado a los 309.136 millones de euros o el 175 por ciento del PIB.
Más allá, en comparación con las cifras correspondientes al segundo trimestre de 2016, la deuda se redujo en 6.225 millones de euros o 4,7 puntos porcentuales del PIB. Desde luego, estos datos mantienen la deuda publica griega como la más alta de la zona euro, que está en el 89,1 por ciento de media, y también en el conjunto de la Unión Europea, donde la media se encuentra en el 83,4 por ciento del PIB.