Economía

Analistas y expertos desconfían de las medidas de la cumbre y las tachan de poco eficaces

Pocos han sido los expertos y analistas de todo el mundo que hayan dado un sobresaliente a la cumbre. Este domingo, periódicos de distinto signo han coincidido en señalar las deficiencias manifiestas tras la cita de Washington, en la que ha habido "pocas novedades, medidas ya implantadas, declaraciones básicas" y, como señala el rotativo Wall Street en sus páginas, apenas "algunas promesas de cooperación".

Otros, entre ellos grandes especialistas en Economía, subrayan que la ausencia de Obama ha impedido tomar grandes decisiones. "El progreso será difícil y lento, pues cada país tiene su propia agenda", destacan otras.

La capital estadounidense regresó este domingo a la normalidad tras la cumbre que los líderes del Grupo de los 20 (G-20) calificaron de "histórica", pero en la cual los observadores imparciales ven, de momento, más promesas que acciones concretas. Seguir leyendo el arículo

El diario The New York Times señaló hoy que, "aunque las propuestas se presentaron como una reforma ambiciosa, reflejan sobre todo medidas que los países ya habían puesto en marcha".

Para el rotativo, lo más significativo fue la selección del G-20 como foro de encuentro, un grupo que incluye, además de a los países más ricos, a naciones en desarrollo como Brasil y China.

Simon Johnson, economista del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), dijo al periódico que, para anunciar lo que se anunció, no hacía falta tamaño despliegue.

"Son medidas de lo más normales para lo que no era necesario organizar una reunión" de este tipo, afirmó Johnson.

Los compromisos de los jefes de Gobierno

Los jefes de Estado y de Gobierno del G-20 se comprometieron a actuar en varios frentes, como la supervisión adicional de los mercados y la reforma y financiación del FMI, una de las áreas en la que los resultados se perfilan como más tangibles.

Además, abogaron a favor de políticas monetarias y fiscales para atajar la fuerte crisis económica, defendieron los principios del libre mercado y se comprometieron a luchar contra el proteccionismo.

Kenneth Rogoff, profesor de la Universidad de Harvard, dijo a la revista BusinessWeek que se trata de una declaración básica de principios en la que "todo el mundo está de acuerdo".

Lo que está menos claro es si los integrantes del G-20 comparten la misma visión sobre los cambios necesarios.

Muchos temas pendientes

Para empezar, la mayor parte de las decisiones difíciles se han dejado para encuentros futuros.

La próxima reunión tendrá lugar antes de finales de abril, probablemente en Londres, lo que forzará al gran ausente de la cita de ayer, el presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, a hacer frente a importantes asuntos económicos nada más desembarcar en la Casa Blanca el próximo 20 de enero.

Esperando a Obama

Los analistas parecen coincidir en que la ausencia de Obama hizo imposible alcanzar grandes acuerdos vinculantes.

Aun así, los ministros de Finanzas partieron hacia sus países con una larga lista de tareas pendientes.

Entre los encargos más importantes figura la elaboración de aquí al 31 de marzo de nuevos estándares que obliguen a los participantes en el complejo mercado de derivados a incrementar la transparencia de sus operaciones.

Los congregados en Washington coincidieron también en la necesidad de una mayor supervisión de las agencias de calificación de riesgo, que dieron luz verde a los exóticos instrumentos financieros respaldados con hipotecas basura que acabaron en el centro de la actual hecatombe económica y financiera.

Por lo demás, y aunque nadie echa hoy las campanas al vuelo, la cadena británica BBC concluyó, en un análisis en su página web, en que lo acordado podría conducir a "algo significativo".

En opinión de Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial, lo importante ahora serán "las acciones de seguimiento".

Sung Won Sohn, economista de la Universidad Estatal de California, advirtió en declaraciones al diario The Wall Street Journal, de que "el progreso será difícil y lento", ya que "cada país tiene su propia agenda, lo que complica las cosas".

Los problemas de EEUU

Sirva como ejemplo el caso del actual inquilino de la Casa Blanca, George W. Bush, quien ayer se comprometió, junto con sus homólogos del G-20, a adoptar medidas que impulsen el crecimiento, aunque no está claro lo que quiere decir eso en el caso de Estados Unidos.

Y es que el actual Gobierno de EE.UU. no respalda un paquete de estímulo fiscal adicional que se espera sea sometido a votación la próxima semana en el Congreso y que implicaría, entre otras cosas, la concesión de ayudas al sector automovilístico del país.

Sea como sea, Washington destiló ayer sentido de urgencia y envió el mensaje de que el no actuar implica un riesgo demasiado alto.

Las críticas mas duras

El diario americano Wall Street Journal ha sido el más crítico con los resultados de la cumbre: "La conferencia del Grupo de los 20, en medio de una crisis financiera global produjo, básicamente, promesas de cooperación para sacar al mundo de su "julepe económico", rubrica.

"Pero el grupo que se reunió durante menos de seis horas en el Museo Nacional de la Construcción, dejó la mayor parte de las decisiones concretas a reuniones futuras", añade el diario.

Frente a la crisis económica "más grave en décadas, los gobernante de 20 países se pusieron de acuerdo en cooperar, pero dejaron las decisiones más difíciles sobre cómo reacomodar las regulaciones financieras hasta el año próximo", sostiene por su parte The New York Times.

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