
El Gobierno francés prestará 10.500 millones de euros a los seis bancos más importantes del país antes de que termine el año con el fin de incrementar sus reservas, anunció el lunes la ministra de Economía, Christine Lagarde. Es indispensable para que los bancos puedan "financiar correctamente la economía", aseguró la titular de Finanzas gala.
"El dinero provendrá de un fondo de recapitalización de 40.000 millones de euros que formaba parte de ese plan", precisó Lagarde, en alusión al paquete de ayudas de 360.000 millones de euros anunciado la semana pasada por el presidente francés, Nicolas Sarkozy.
Los beneficiarios son Credit Agricole (3.000 millones de euros), BNP Paribas (2.550 millones de euros), Societe Generale (1.700 millones de euros), Credit Mutuel (1.200 millones de euros), Caisse d'Epargne (1.100 millones) y Banque Populaire (950 millones), precisó.
"La subscripción de la emisión de deuda se realizará a través del vehículo de inversión estatal (para la recapitalización de los bancos)", detalló en una rueda de prensa en la que participaron los consejeros delegados de los principales bancos de Francia.
Lagarde indicó que el Estado francés está preparado para volver a prestar la misma cantidad a los bancos en 2009.
Financiar la economía
Los préstamos incluirán condiciones como objetivos de préstamos para los clientes particulares y corporativos y para las autoridades locales. Los créditos se han contraído en medio de la crisis financiera, lo que ha empeorado los problemas y salpicado a la economía real.
Los bancos pagarán una tasa de interés de más de 400 puntos básicos sobre el tipo libre de riesgo, en un esfuerzo por asegurar que el acuerdo no parezca un regalo a los banqueros mientras los franceses luchan con el creciente desempleo y la desaceleración económica.
"Esas facilidades de liquidez combinadas permitirán a los bancos seguir financiando la economía", dijo la Federación Francesa de Bancos en un comunicado.
Los empresarios y propietarios de viviendas se han visto perjudicados por la crisis del crédito debido a que los bancos, que han dejado de prestarse dinero entre ellos, no pueden aportar los niveles de fondos requeridos para inversiones o hipotecas.