
La fabricación de monedas de euros en España se incrementará este año más de un 40 por ciento coincidiendo con un auge de la demanda de las piezas de pequeño valor que ha movido, incluso, al Banco de España a encargar un estudio para optimizar su producción y todo el proceso de logística asociado. El instituto supervisor ha propuesto al Banco Central Europeo (BCE) acuñar divisas por valor de 389,3 millones de euros, frente a los 276,4 millones fabricados en 2016, conforme al detalle de emisiones autorizadas por el organismo europeo por país.
La propuesta, validada por el BCE, incluye la creación de un volumen de efectivo valorado en 359,3 millones destinado al uso diario del ciudadano y piezas valoradas en otros 30 millones para coleccionistas o no específicamente dirigidas a la circulación. Se trata del 18,19 por ciento de todos los euros proyectados para fabricar este año en metálico en la eurozona -el volumen global asciende a 2.139,3 millones- frente al 13,78 por ciento de cuota asignada un año antes. España es, de hecho, el país con mayor fabricación, después de los 638 millones autorizados a Alemania y seguido por los 269 millones que planea Austria, si bien la mayoría de piezas en este último país estarán destinadas a la colección.
La producción de euros y antes pesetas ha sido tradicionalmente la función de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT), si bien la emisión del papel lo asumirá la nueva filial constituida por el Banco de España en seguimiento de nuevas reglas del BCE. La calidad de su trabajo le ha permitido presentarse a concursos internacionales casi desde siempre y de sus instalaciones han salido distintas divisas e, incluso, euros para la utilización en otros países.
En la actualidad, el volumen de billetes y metal acuñados menos los retirados por el Banco de España alcanzan un valor global de 34.171 millones. Unos 4.231 millones de euros se encuentran emitidos en las distintas monedas. En prácticamente todas las denominaciones, el organismo ha tenido que ampliar la fabricación, pero en los últimos tiempos ha detectado un fuerte auge de las piezas de menor valor, aún siendo ya las más numerosas. Por ejemplo, hay 5.812 millones de monedas de un céntimo y 3.705 millones de dos, cuando en el año 2011 circulaban 3.854 y 2.797 millones, respectivamente. Eso compara con los 517 millones de piezas de dos euros y los 1.940 millones de un euro.
La sospecha es que su mayor uso responde a la renovación de las máquinas de vending, que con la entrada en circulación de la divisa común no admitían las más pequeñas denominaciones y ahora la tendencia es a permitir casi cualquier facial de los existentes.
Para conocer precisamente las necesidades reales ha encargado un informe, que ayudará a planear mejor la producción y todo el proceso asociado a su circulación.