Economía

EEUU seguirá siendo la superpotencia, según 'The Wall Street Journal'

Cuando el agua llega hasta la cintura de Gulliver, los liliputienses están ahogados. Uno de los principales debates a los que asistimos hoy en EEUU se sale del ámbito de los mercados e incluso de la economía, pero tiene un enorme interés y está haciendo correr ríos de tinta. Pero otro muy interesante es si Estados Unidos podrá mantener su estatus de superpotencia mundial.

Uno de los principales debates a los que asistimos hoy en EEUU se sale del ámbito de los mercados e incluso de la economía, pero tiene un enorme interés y está haciendo correr ríos de tinta: si EEUU será capaz de mantener el estatus de superpotencia después de la crisis. Los neocons sostienen que sí, pero cada vez más demócratas están de acuerdo en que EEUU tiene armas para salir de la crisis antes que Europa. Por supuesto, aquí no hablamos de las opiniones de Bolságora, sino de las de los medios norteamericanos.

The Wall Street Journal recordaba ayer que Constantinopla tardó dos siglos en caer y que hicieron falta dos guerras mundiales, una depresión global y el inicio de la Guerra Fría para derribar al imperio británico. Así que no cree que el fin de la dominación americana vaya a llegar por los CDS o el mark to market

Los norteamericanos se sienten ofendidos por las múltiples declaraciones de líderes mundiales que anuncian el fin de la hegemonía financiera (y de otro tipo) de EEUU, entre ellos el ministro de Finanzas de Alemania, el primer ministro de Rusia y el presidente de Irán. Hasta el New York Times (enemigo encarnizado del WSJ) admite que la potencia de EEUU puede dejar de ser "súper". Y el Guardian británico añade que "estamos en el momento de la caída del poder de América".

Lo que más molesta a los norteamericanos es la alegría indisimulada con la que se anuncia el fin de su imperio. "Pero cuando el agua llega a la cintura de Gulliver, normalmente los liliputienses ya se han ahogado", según el WSJ. La caída del 25% del Dow Jones en los últimos tres meses (antes del rebote del lunes) implica que ha batido prácticamente a todos los índices mundiales, incluyendo Fráncfort, Shanghái, Tokio o Moscú. Lo cual demuestra, a su juicio, que las preocupaciones financieras de EEUU no benefician a nadie.

Tampoco parece estar tan mal si hablamos de su capacidad para financiar el rescate de los bancos. El paquete de 700.000 millones parece gigantesco, pero supone poco más del 5% del PIB del país. Por el contrario, el plan de Alemania, de entre 400.000 y 536.000 millones, implica entre el 12% y el 16% de su economía, por no hablar de los 835.000 millones de dólares del plan británico, el 30% de su PIB.

Aunque es posible que la factura final sea muy superior a los 700.000 millones, EEUU sigue en mejor posición para financiarla, puesto que su deuda pública es del 62% del PIB, frente al 75% de la zona euro o el 180% de Japón. Y también le ayuda que EEUU sigue atrayendo los mayores flujos de inversión extranjera directa del mundo, que es el tercer país en facilidad para hacer negocios y que su demografía también es más favorable.

Más libertad y transparencia

Respecto a la falta de libertad que suponen estas medidas intervencionistas, reconoce que la prohibición de las posiciones bajistas no fue acertada, pero cree que si Fannie Mae y Freddie Mac eran bombas financieras, las empresas estatales chinas no lo son menos porque allí la falta de transparencia es total. Esa transparencia hizo que los problemas financieros americanos saltaran a la vista meses antes que en Europa o en el resto del mundo. Y esa es una de las razones por las que el dólar ha subido tanto y por las que es probable que EEUU salga de la crisis mucho más rápidamente que Japón, que se pasó la mayor parte de los años 90 escondiendo su crisis bancaria.

La conclusión es que, aunque nadie sabe cómo ni cuándo saldrá EEUU de la crisis -las recesiones suelen durar entre 6 y 16 meses-, sólo se convertirá en una grave depresión de varios años si los políticos la provocan. Ahí es donde viene el recado para los candidatos presidenciales: "Si el próximo Gobierno es listo, hará todo lo que pueda para ayudar a que los mercados se limpien, dejará que la recesión siga su curso y hará lo posible para preservar un sistema financiero que hasta ahora ha servido al país espléndidamente. Si no es listo, se embarcará en varios años de experimentación social grandiosa". Pero añade que "en cualquier caso, EEUU recuperará en algún momento su fortaleza económica y mantendrá su lugar en el mundo".

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