El ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) Rodrigo Rato aseguró hoy que "hay ciertos indicios" de que el apoyo de las autoridades y los bancos centrales al sistema financiero "está teniendo efectos", aunque reclamó más "políticas generales", al estilo del Plan Paulson. Rato, que participó en el Congreso Internacional de Excelencia, organizado por la Comunidad de Madrid, abogó por reformar la regulación financiera generalizando el sistema español de medidas "anticíclicas".
"Es indudable que en un mundo en el que existe la volatilidad y pueden producirse cambios muy rápidos, las medidas contracíclicas, es decir, ahorrar cuando las cosas van bien para cuando vayan mal, son imprescindibles, como lo demuestra la experiencia española", declaró Rato, que animó a las entidades españolas a aprovecharse de las "oportunidades" que genera toda crisis.
El ex director gerente del FMI valoró no obstante los esfuerzos públicos realizados hasta el momento.
"Hay ciertos indicios de que la actuación de las autoridades en la creación de mercado y en convertirse ellos en contrapartida inicial para la creación de mercado está teniendo efectos, y me gustaría pensar que esos efectos van a ampliarse según las autoridades encuentren marcos políticos aceptables para una actuación general que dé garantías y confianza", señaló.
Entre esos efectos, sostuvo que "estamos asistiendo en los últimos días, y me gustaría ser optimista, a ejemplos de cosas que empiezan a tener valor y que hace muy pocas semanas no tenían valor", como los activos de Lehman Brothers y de AIG, o "bancos americanos que ahora son objeto de pelea", sostuvo Rato.
Medidas generales, no particulares
Por ello, reclamó una mayor adopción de "políticas generales" para ayudar al sistema financiero, en vez de centrarse en "caso por caso".
De cara al futuro, también pidió una mayor "coordinación y unos planes preestablecidos" en la supervisión del sistema financiero, especialmente en "zonas monetarias integradas" como la zona del euro.
Además, para combatir la "pérdida de reputación" de los reguladores, reclamó una reforma de las "estructuras de supervisión", dado que "han sido demasiado diseminadas y difuminadas y han resultado ineficaces".