Economía

El 'triunfo' de Suecia contra la inflación: 2,6% de media en 700 años

  • Hoy en día, el país escandinavo no consigue acercar la tasa al 2%
  • Esta semana el Banco Central aprobó una cuarta oleada de compra de deuda

El banco central de Suecia, país cuya política monetaria maniobra casi en solitario al no formar parte de la eurozona, cree que tiene un problema: la inflación es demasiado baja como para fomentar el crecimiento, aunque no siempre fue así. Si se toman en consideracion los últimos 700 años, el país escandinavo no lo está haciendo nada mal.

Con un objetivo del 2%, muy similar al establecido por sus homólogos en Fráncfort pero que incumple desde 2011, el insituto emisor sueco resiste en los últimos años las feroces críticas de quienes le acusan de no hacer lo suficiente para inocular crecimiento a los precios.

Y eso que el gobernador del banco central sueco, Stefan Ingves, no ha estado exactamente con las manos cruzadas.

En los últimos meses el organismo ha activado medidas de estímulo sin precedentes, recortando los tipos a tasas negativas (ayer jueves decidió mantenerlos en el -0,35%) y comprando a discrección deuda del propio país (va a comenzar la cuarta oleada de su particular QE), con la intención de hacer que la inflación creciese de nuevo hacia el 2% y de rebajar la escalada de su moneda, la Corona, en el mercado de divisas.

Mientras esperan para ver si esta última ronda de medidas consigue reanimar la tasa, en el Banco Central de Suecia pueden consolarse mirando siete siglos hacia atrás en el tiempo.

Los propios investigadores del banco han recopilado los datos de los últimos 723 años para compilar una única serie, continuada, de inflación.

Y la gráfica demuestra que, aunque Suecia no ha estado libre de las enormes fluctuaciones que también barrieron Europa antes de la invención de lo que hoy conocemos como política monetaria, la media a largo plazo de inflación es más que saludable: un 2,6%.


Para crear una única serie, los investigadores han utilizado una cesta cambiante de productos (el tipo de bienes que se consumían a finales de la edad media poco tiene que ver con el actual), y como fuente de los datos de precios han recurrido a los archivos de la región de Estocolmo.

Fuera del Banco, las cosas están menos calmadas. En el Parlamento del país se ha creado un comité que pretende revisar la tasa objetivo, y las opiniones están divididas: unos prefieren que el instituto simplemente recorte su objetivo y lo haga más realista; otros, que se arme hasta los dientes y aspire a un 4%; por fin, un tercer grupo de legisladores clama por la introducción de una banda de tolerancia.

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