Economía

El acuerdo del Pacífico amenaza al 10% de las exportaciones españolas

  • Alimentos, aceites minerales, equipos, obras de arte y medicinas
  • El libre comercio en el área enciende la alarma sobre el flujo de inversión

La firma el pasado 6 de octubre del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP), ha despertado cierta inquietud entre las empresas exportadoras españolas, preocupadas por el hecho de que el libre comercio entre los 12 países firmantes del tratado perjudique la competitividad de sus ventas en el área, especialmente en Estados Unidos, país que es el sexto cliente mundial de España, el primero fuera de la Unión Europea y el tercer inversor en nuestro país.

De acuerdo con los datos oficiales de la Secretaría de Estado de Comercio, correspondientes al cierre del año pasado, el impacto del Acuerdo Transpacífico afecta a aproximadamente el 10 % de las exportaciones españolas, que son las que se dirigen a los 12 países firmantes, por un valor próximo a los 23.000 millones de euros.

De esta cantidad, el mayor volumen corresponde a Estados Unidos, país que es nuestro sexto cliente mundial, y al que España exportó en 2014 mercancías por un importe de 10.642 millones, el 4,4 pro ciento de todas nuestra ventas.

Entre los productos españoles que hipotéticamente podrían verse más perjudicados en el gran mercado norteamericano sobresalen los alimentos, aceites minerales, bienes de equipo, automóviles y componentes, obras de arte (especialmente cuadros) y medicamentos.

Destacables son también las exportaciones españolas a México, por valor de 3.507,1 millones, y a Japón, por valor de 2.625,4 millones de euros. Ambos mercados aportan el 1,5 y el 1,1 % de nuestras ventas mundiales.

A continuación aparecen Canadá con 1.322,8 millones en 2014, Chile, con 1.102, 5 millones y el conjunto de Oceanía (Australia y Nueva Zelanda) con 1.800 millones de euros. Mientras que las ventas el resto de países firmantes del TPP (Singapur, Perú, Malasia, Vietnam y Brunei oscilan entre los 300 y los 800 millones de euros.

Servicios e inversiones

Al comercio de bienes hay que añadir también el de los servicios. Con unas compras anuales en el entorno de los 8.000 millones de euros, Estados Unidos es el séptimo cliente de servicios de España y el segundo fuera de la zona euro.

Pero no son sólo las exportaciones. También los flujos de inversión directa de las empresas norteamericanas en España podría verse limitados por un posible efecto de desviación hacia los nuevos socios en el área del Pacífico.

Estados Unidos es actualmente el tercer inversor directo en España, con casi 31.000 millones invertidos en el stock acumulado hasta el primer trimestre de 2015. De hecho, el crecimiento del 9,8 % registrado en la inversión de empresas extranjeras en sociedades españolas en 2014, hasta alcanzar los 17.626 millones de euros, vino de la mano del mayor dinamismo de las compañías estadounidenses por crear, reforzar o adquirir sociedades en España.

En concreto, los datos del Registro de Inversiones del Ministerio de Economía muestran que las empresas domiciliadas en Estados Unidos fueron las que más invirtieron en España en el último año, alcanzando un volumen de 3.516 millones de euros, seguidas de las de Luxemburgo con 2.489 millones y Reino Unido con 1.667 millones.

Pero también al contrario las empresas españolas no sólo han periodo el miedo al gigante norteamericano, sino que en los últimos años han cobrado un protagonismo de relieve en la creación de empleo y riqueza en Estados Unidos.

España se ha convertido ya en el noveno país con más inversión en Estados Unidos. Allí están instaladas ya unas 700 empresas españolas que dan empleo a más de 70.000 trabajadores, y entre las que destacan las grandes constructoras como Ferrovial, OHL, ACS o FCC; nuestras dos primeras entidades financieras, Santander y BBVA; energéticas como Iberdrola, Acciona, Abengoa o Gamesa. Pero no sólo están las grandes, también hay un elevado número de pymes, como el Grupo Antolín en el sector de componentes de automoción.

Esto ha desencadenado que la Select USA, que se trata de una organización del Gobierno Federal responsable para promover la inversion extranjera hacia el país norteamericano, esté actuando como un Ombudsman, donde desempeña las labores de intermediario entre los potenciales inversores y los Estados Unidos.

El coste de no firmar

Desde la Secretaría de Estado de Comercio, se comparte también, en parte, esta preocupación. Y, aunque no ven una alarma inminente si aseguran que "ahora es urgente culminar, de una vez por todas, el acuerdo entre Estados Unidos y la UE" .

Un Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP) que avanza con excesiva lentitud y demasiadas dificultades, a pesar que el Parlamento Europeo aprobará el pasado mes de junio el documento por el que autoriza a la Comisión Europea avanzar en las negociaciones con el gigante norteamericano.

El propio secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, reconocía el pasado jueves acerca del Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica que el coste de no firmar el TTIP entre las dos grandes potencias económicas del Atlántico repercutía muy negativamente en las relaciones comerciales y de inversión entre España y el gigante norteamericano, por la pérdida de competitividad de nuestros bienes y servicios con respecto a los de los países del Pacífico.

Recordaba el secretario de Estado a este respecto la pérdida de mercado que sufrieron lasa empresas europeas en México tras la firma del NAFTA. Un perjuicio que, dijo, obligo a la Unión Europea a negociar un acuerdo con el país azteca "corriendo, a marchas forzadas y en peores condiciones que si lo hubiera hecho antes".

TPP

El Acuerdo Estratégico Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) afecta aproximadamente al 40 % del comercio mundial y las relaciones comerciales de EEUU con el resto de los 11 firmantes se estiman en 798.000 millones de euros. En sus más de 26 capítulos de negociación el acuerdo busca regular un gran número de temáticas que van desde el comercio de lácteos hasta la regulación laboral, pasando por los derechos de autor, patentes, inversiones estatales y medio ambiente. 

Las negociaciones del TPP comenzaron en marzo de 2010 y se han llevado de espaldas a la comunidad de los países afectados. Además, el contenido de algunos de los textos que se han ido conociendo despiertan una cierta alarma mundial respecto a temas como la limitación de derechos humanos en Internet y los obstáculos al acceso a medicamentos genéricos, al conocimiento y la cultura y a los derechos de los consumidores. En EEUU también se alerta sobre el coste en pérdida de empleos.

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