
China y el desplome del precio de las materias primas está conduciendo a los países emergentes a una recesión. Rusia, Brasil, México o Sudáfrica están viendo mermados sus datos de PIB mientras que el gigante asiático comienza a asimilar que no va a poder mantener eternamente un crecimiento del 7% anual. Sin embargo, entre todos estos datos sombrío hay un país que está resistiendo las turbulencias, la India asoma la cabeza en medio de la decadencia de los emergentes.
Tal y como publica el prestigioso semanario The Economist, en medio de la miseria de datos que presentan los emergentes, una economía está manteniendo el tipo y mostrándose resistente. Los indicadores dejan ver que el crecimiento económico de la India seguirá siendo del 7% a medio plazo, manteniendo así la tendencia que llevaba.
Los datos de ventas de coches y las importaciones de bienes de capital sugieren que la India está cogiendo impulso. Además, mientras que un parte importante de los emergentes dependen del precio del petróleo, la India importa más del 80% del oro negro que consume, de modo que la caída de su precio supone un ahorro para el país.
Por otro lado, la caída del precio de la energía y otras materias primas están permitiendo a la India presentar unos datos de inflación del 3,8% interanuales, cuando en 2013 las cifras se acercaban más al 8%. Esta moderación de la inflación da mayor estabilidad a los agentes económicos del país que pueden planificar con mayor seguridad sus decisiones de compra e inversión.
Comercio internacional: China e India
A pesar de todo, la India no es 100% inmune a lo que ocurre en sus países vecinos. La exportaciones han caído también ante esta crisis de los emergentes, aunque ya empiezan a mostrar signos de estabilización. Según los datos que ha publicado hoy jueves la OCDE, las exportaciones del segundo trimestre de la India en dólares corrientes han crecido un 0,6%, mientras que las importaciones han aumentado un 3,4%. De este modo, las exportaciones rompen la racha bajista de los últimos 8 trimestres.
Muchos se preguntarán si la India podría ocupar el hueco que va a ir dejando China si la desaceleración económica prosigue su paso. A pesar de que la India tiene más de 1.200 millones de habitantes, sólo representa alrededor de un 3% de la economía mundial, mientras que China es casi un 18% del PIB global con prácticamente los mismo habitantes. Por otro lado, mientras que las importaciones trimestrales de China suelen rondar entre los 500.000 y 600.000 millones de dólares, las de la India están alrededor de los 100.000 millones de dólares. Con estos datos sobre la mesa, parece harto complicado que la India pueda ocupar el hueco que vaya dejando China a corto plazo en el comercio internacional.
Como muestran los datos de la OCDE, las importaciones y las exportaciones conjuntas de los países que forman el G7 y los BRICS llevan varios trimestres reduciéndose. China, Brasil, Rusia y Japón son los países que más están contribuyendo a este declive del comercio, mientras que la India por sí sola no logra contrarrestar este hueco que se está abriendo.
Aunque a día la India no puede reemplazar al China como importador ni exportador, como señaló Christine Lagarde (directora del FMI) el PIB de la India se multiplicará por dos en los próximos diez años. Puede que a medio largo plazo la India pueda ser nuevo 'devorador' de materias primas y la nueva fábrica del mundo.