
Cuenta atrás para la luz verde. Los ministros de Economía de la zona euro interrumpen sus vacaciones para sellar el tercer paquete de rescate a Atenas por un valor máximo de 86.000 millones de euros entre el optimismo generalizado por la falta de grandes obstáculos en las últimas negociaciones.
La convocatoria del Eurogrupo extraordinario ha sido confirmada por el portavoz de Dijsselbloem, sin dar más detalles que la hora del inicio del encuentro, y el hecho de que la reunión sea presencial y no vía telefónica ha sido interpretado por distintas fuentes como una señal positiva. "El acuerdo es posible", afirman fuentes de la negociación.
La reunión, además, tendrá lugar después de que los socios del euro hayan "despejado dudas técnicas" en varias consultas previas a través del llamado Euro working group, en el que los Ministerios de Finanzas de la zona euro están representados por altos funcionarios.
Si el Eurogrupo autoriza el viernes el tercer rescate griego -de entre 82.000 y 86.000 millones de euros para un periodo de tres años-, los parlamentos nacionales que también deben aprobar el programa (siete en total, entre ellos el alemán) podrán hacerlo en los primeros días de la semana próxima.
Cumplir los plazos
Ello permitiría cumplir los plazos para que el fondo europeo de rescate (MEdE) pueda liberar el primer desembolso a tiempo para que Atenas haga frente al pago de los 3.200 millones de euros más intereses al BCE que vencen el próximo jueves, 20 de agosto.
Una de las grandes incógnitas de este rescate es el compromiso del Fondo Monetario Internacional que podría postergar el desembolso del primer tramo de rescate hasta el otoño tras comprobar que las reformas exigidas a Grecia se están cumpliendo y que se soluciona de manera efectiva el alivio de la deuda. El organismo multilateral todavía no ha avanzado su contribución económica, que podría rebajar el tope de 50.000 millones de euros que previsiblemente van a aportar los contribuyentes europeos a través del Mecanismo de Rescate.
El Gobierno heleno debe ahora afrontar ahora las exigencias de sus acreedores desglosadas en 29 páginas y que llegó la noche del martes a las capitales europeas. Entre las medidas calificadas como prioritarias por parte de Bruselas se encuentran reformas en las pensiones, eliminación progresiva del régimen fiscal especial del que disfrutan los agricultores en la compra de queroseno e impuesto sobre la renta, reforma de la administración y fin del sistema tributario especial de las islas griegas entre otras.
El camino de consolidación fiscal es el más beneficioso para Atenas de los suscritos hasta ahora aunque esto se debe a la parálisis sufrida por la economía helena con los controles de capitales. Atenas debería alcanzar un déficit primario del 0,25% este año frente al 1% de superávit pactado anteriormente, el año que viene su superávit primario debería ser del 0,5 y el 1,75% en 2017. El escenario que manejan los técnicos europeos es la vuelta paulatina al crecimiento a partir de 2016.